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El Telégrafo

Postergado tratado con UE

31 de agosto de 2011

El encargado de negocios del bloque europeo en el Ecuador, Peter Schwaiger, ha anunciado que la reanudación de las negociaciones comerciales con la Unión Europea (UE) -el acuerdo “multipartes”- se postergaría para el año 2012.
Schwaiger señaló que la prioridad del bloque europeo es enfrentar la crisis económica, y no es para menos. En particular, España, Grecia, Irlanda y Portugal sufren agudas perturbaciones económicas y desempleo. En algunos países, la respuesta social ha hecho tambalear el poder, como ha ocurrido con el movimiento de los indignados en España. Para los exportadores ecuatorianos y para los consumidores europeos el horizonte luce sombrío. Por una parte, en el futuro cercano los contribuyentes europeos deberán pagar la factura de la intervención militar en Libia, lo que de manera probable reducirá la demanda de frutas tropicales, productos del mar y flores. Por otra, por ahora negociar con Ecuador no parece urgente para Europa.

Visto en forma constructiva, la dilación planteada por la UE es conveniente para consolidar una posición ecuatoriana articulada a la noción de desarrollo endógeno; para evaluar las costuras de lo aprobado en el “multipartes” por Colombia y Perú; para analizar más en profundidad la crisis del banano; para realizar estudios de impacto; en fin, para consensuar con los actores sociales una auténtica posición nacional.

El aplazamiento debería servir para trazar la línea demarcatoria entre los aspectos comerciales (en especial desgravación arancelaria y acceso a mercados) y los servicios (inversión en sectores estratégicos). Así como para incorporar con entereza los temas migratorios y definir en forma clara la posición en aspectos sensibles (tratamiento de la  propiedad intelectual, soberanía alimentaria y compras públicas).

De lo que se ha podido estudiar, para Ecuador, los resultados del “multipartes” serían pobres, como lo han advertido los investigadores Hugo Jácome y Martín Cicowiez, al evaluar, bajo supuestos realistas, sus impactos macroeconómicos: en el período 2011-2015, 0,32% de incremento en la tasa de crecimiento del PIB y tasas de crecimiento de las importaciones (1,1% del PIB) mayores a las de las exportaciones (0,8% del PIB). Esto debilitaría la balanza comercial (ya deficitaria) del país, y pondría en riesgo la dolarización.

Si el “multipartes” que se negocia con la UE no se diferencia con claridad del tratado de libre comercio acordado por Perú y Colombia, implicaría un cambio radical de estrategia, que dejaría al Ecuador a merced de las transnacionales europeas y de los especuladores globales.

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