En la Universidad de Johns Hopkins, en 1890, dos pioneros y visionarios, William Halsted, neoyorquino y William Osler, canadiense, desarrollaron el concepto y, posteriormente, el ejercicio de la residencia médica para la formación de especialistas, mediante un modelo de jerarquías definidas, responsabilidades crecientes, autonomía creciente, supervisión cercana y un plan de estudio incorporado a la práctica hospitalaria.
Se llamó residencia médica porque el médico en formación de especialista, literalmente, vivía en el hospital. El modelo, establecido hace 130 años, ha demostrado su valor y se ha expandido, con variaciones, en el mundo. En Ecuador, hace 50 años comenzaron los posgrados de especialidad médica.
La heterogeneidad en la calidad de formación de especialistas ha sido un problema derivado, entre otras cosas, de la falta de planificación estructural de los mismos, de una legislación cambiante y errática, construida por neófitos, y la absoluta falta de comunicación y acuerdos mínimos entre instituciones proveedoras y reguladoras de salud y educación.
Tanto es así que, a lo largo del tiempo, ha habido especialistas formados “por derecho”, es decir en el marco de posgrados reconocidos y facultados y especialistas “de hecho”, a quienes se les ha otorgado el título de especialistas por haber cumplido un determinado tiempo en un servicio hospitalario sea en el marco de alguna orientación académico – teórica o no.
Este panorama confuso persiste porque el Estado ha sido incapaz de organizar adecuadamente esta situación a pesar de existir modelos internacionales que pueden adoptarse. Persisten, con intervalos variables, programas absurdos, amparados por las autoridades de la Educación Superior, por los que se otorga la especialidad a residentes asistenciales, sin posgrado, tras el cumplimiento de ciertos requisitos. Es decir una perpetuación de la mediocridad y de la injusticia.
Ya es hora de que el Ministerio de Salud Pública, el IESS, la Junta de Beneficencia de Guayaquil, Solca, el ISSFA, ISSPOL, la Asociación de Clínicas y Hospitales Privados del Ecuador, el Consejo de Educación Superior, el Consejo de Aseguramiento de la Calidad en la Educación Superior y la Asociación de Facultades Ecuatorianas de Medicina, se reúnan para tratar el tema, lograr acuerdos y cortar la anarquía. (O)
Tags:
Más vistas en Articulistas