América Latina vive su propio Octubre Rojo. El tablero puede cambiar radicalmente. En este mes se organizarán sendas elecciones caracterizadas por la confrontación y la ruptura de los modelos hegemónicos instaurados en el continente. Ecuador, Venezuela, Argentina y Colombia.
Nicolás Maduro con el fin de congraciarse con el gobierno de los Estados Unidos se ve compelido a organizar elecciones libres y democráticas en Venezuela. Los venezolanos esperan un cambio de gobierno. Se conoce que 7 de cada 10 venezolanos quieren un cambio de gobierno. Eso lo sabe bien la dictadura. Consciente de ello, el dictador se ha visto obligado, en octubre, a organizar elecciones primarias. Pero, antes que un instrumento democrático, las evidencias demuestran que el régimen totalitario pretende obstaculizar y perseguir a los líderes de la oposición pretendiendo volver a ganar las elecciones de manera fraudulenta. Esta vez, la oposición va generando una candidatura monolítica alrededor de María Corina Machado. La opinión pública mundial ve con buenos ojos que estas elecciones primarias arrojen resultados de unidad para enfrentarse a la dictadura populista.
Para el caso colombiano, los gobiernos de izquierda han sufrido un gran revés para las elecciones del 29 de octubre. En muy poco tiempo han enfrentado el descontento y estallido social. Fácilmente se puede prever la derrota de aquellos partidos que ocuparon el segundo lugar en las últimas elecciones. Serán pocos los gobernadores alineados con el ex guerrillero y hoy presidente, Petro.
Pero quizá el más grande revés para la izquierda latinoamericana y para los gobiernos del socialismo del Siglo XXI, resultará el triunfo de la extrema derecha con el actual diputado Javier Milei. Este candidato que se define a sí mismo como libertario, anticomunista, conservador, antisistema y anarco capitalista se ha convertido en el terror de los socialistas argentinos de izquierda.
Para la izquierda del socialismo del Siglo XXI ecuatoriano, las elecciones de este octubre se tornan en importantes porque requieren garantizar su supervivencia logrando la impunidad jurídica para casos judiciales que van desde el asesinato político hasta el enriquecimiento de sus partidarios...
Para el joven candidato Daniel Noboa, de ser acertadas las encuestas, se le presenta el gran reto de buscar una estrategia que le garantice su permanencia en la Presidencia del Ecuador por largos años más. Para ello requerirá sacar de la chistera una táctica que entierre de una vez por todas al correísmo. Concretar una alianza con este movimiento no solamente clausuraría un futuro económico, político y social para el Ecuador.
La izquierda está en las manos de un proyecto político de derecha que garantice un Estado de Derecho real.