Publicidad

Ecuador, 04 de Octubre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Nancy Bravo de Ramsey

¿Por qué Hiroshima y Nagasaki?

11 de agosto de 2015

Transcurría la mañana del 6 de agosto de 1945. Los habitantes de Hiroshima veían sin mayor preocupación a los aviones de guerra estadounidenses que surcaban su cielo, pues estaban acostumbrados al frecuente paso de ese tipo de aeronaves que de inmediato se perdían en la lejanía, con dirección a otra ciudad japonesa destinada a ser bombardeada. Se vivían los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, una de las más duras confrontaciones bélicas que ha soportado la humanidad. Aquellos habitantes de Hiroshima no tuvieron tiempo para comprender lo que sucedía a su alrededor ni con su misma persona, mientras el hongo de la muerte producido al estallar la bomba atómica de uranio expandía aceleradamente su increíble poder de muerte y destrucción. El lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima mató aproximadamente a 80.000 personas de manera instantánea, pero además causó el fallecimiento de otras tantas personas por sus graves efectos. En Nagasaki la situación no fue muy diferente a la anterior, luego de la explosión de la segunda bomba atómica de que el mundo tenía conocimiento, tragedia ocurrida pocos días después de la primera, el 9 de agosto del mismo año 1945.

Por entonces la humanidad sufría las terribles consecuencias de la Segunda Guerra Mundial que, a su término, cambió no solo la geopolítica de nuestro planeta, sino además las posiciones de potencias hegemónicas. Pero hay algo que nos inquieta. ¿Por qué los aliados, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, eligieron a Japón para estrenar en esa nación del Pacífico aquella arma con poderes de destrucción masiva como hasta entonces no se conocía algo parecido? ¿Cuáles fueron las razones que se tomaron en cuenta para tomar tal decisión? Tengamos presente que por entonces ya se avizoraba el final de la Segunda Guerra Mundial y que Japón se encontraba en condición de destrucción total tras una serie de bombardeos con napalm, que habían arrasado no solo con las 5 ciudades más importantes de Japón, sino también con otras 64 urbes (23 de ellas con poblaciones de entre 100.000 a 400.000 habitantes y 41 con aproximadamente 100.000 ciudadanos), por lo cual quedó destruida la capacidad industrial japonesa. Esta realidad desoladora movió al Japón a buscar por todos los medios la rendición. Lo único que pedían ellos era que se respete el sistema político de su país y al emperador Hirohito, considerado como el punto de unión del imperio. El bombardeo, entonces, estaba demás. Pero la voluntad de Estados Unidos nunca fue negociar con Japón. Además, por entonces dominaba entre los estadounidenses un profundo sentimiento de venganza por el ataque de los nipones a Pearl Harbor. Insistieron, así mismo, en el supuesto de que el lanzamiento de la bomba atómica en suelo japonés evitaría una sangrienta invasión a Japón, en la que -se calculaba- habrían muerto cientos de miles de orientales y de estadounidenses. Algunos historiadores afirman que los norteamericanos querían observar las consecuencias de la explosión de una bomba atómica. Y eligieron a la nación del Oriente. Mientras que otros sostienen que este enorme abuso con Japón fue en verdad un aviso a Rusia, haciéndole conocer Estados Unidos de su nueva arma destructiva, a fin de que adopte una conducta manejable para Europa. Finalmente, hay quienes  aseguran que fue considerado el hecho de que, hasta entonces, ni Hiroshima ni Nagasaki habían soportado el lanzamiento de una bomba incendiaria. Y aquellas urbes fueron las víctimas, a lo que Harry Truman dijo: “El mundo se enterará de que se soltó la primera bomba atómica del mundo sobre una base militar en Hiroshima”, continuando: “Esto se hizo para evitar, hasta donde fuera posible, la muerte de civiles”. Y sabemos que todos los muertos componían la población civil, pues Hiroshima no disponía de ninguna base militar. (O)

Contenido externo patrocinado