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El Telégrafo

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Alicia Galárraga

Por mi promesa

05 de abril de 2020

Deseo publicar mi historia para que ninguna otra niña tenga que pasar por una experiencia similar. Yo tenía aproximadamente 7 años cuando mi mamá trajo a su novio a casa; me limité a mirarlo con discreción, no se veía mala persona.

A esa edad, uno de mis más grandes anhelos era volver a contar con un padre que me quiera y me defienda de todos los monstruos que me acechaban y atacaban por las noches. Él supo captar esos anhelos y se aprovechó de ellos; se ganó mi cariño, mi confianza y manipuló mis vulnerabilidades y miedos. En ese proceso, también se valió de regalos.

Un día que nunca olvidaré, me enseñó un video pornográfico y me pregunto: “¿Te parece raro?”; “no sé”, contesté. Yo solo tenía 7 años.

Lo del video fue solo el principio: no recuerdo exactamente cuándo, pero él comenzó a tocarme; lo hizo mil veces, mientras me decía “no le digas a nadie, nuestro amor es diferente”. Yo no creía que era amor, una niña no puede entender los abusos como amor; tampoco deseaba herir a mi madre, así que me mantuve en silencio por casi 7 años.

Delante de mi madre, él fingía ser el padre leal y perfecto para mí y mis hermanos; sin embargo, cuando ella no estaba, porque viajaba a Colombia por sus estudios, por ejemplo, me dejaba con él sin imaginar lo que me hacía.

Mi madre puso fin a los abusos que él cometía contra ella y empezó un proceso de divorcio. Para no empeorar la situación con lo que me pasaba, me dije a mí misma que era mejor guardar silencio. Esa fue mi promesa. Hasta que me cansé, necesitaba desahogarme. Y para no contarle a nadie, escribí en un cuaderno lo que ese hombre me hizo. Mi madre descubrió el cuaderno y lo encaró; él no negó ni admitió nada; para mí, es un cobarde, por no decir las cosas como son y no reconocer el daño que me hizo.

Si estás pasando por lo mismo, quiero invitarte a que no sientas temor de contarlo; las personas que de verdad te aman, te van a creer y apoyar. En mi caso, mi mamá me ayuda a superar este hecho traumático que ha cambiado mi vida. También cuento con el apoyo de mi familia materna y el acompañamiento de especialistas en tratar a niñas que han pasado por este tipo de abusos. Ahora pretendo tener una vida feliz y olvidar esta horrible experiencia. (O) 

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