En 2010, compartí panel en un Diplomado de Gestión de Proyectos Culturales de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, junto a un representante de la Conaie. Mi tema era: derechos y manifestaciones culturales LGBTI. Lo interesante de compartir con un dirigente indígena fue desvendar muchas posturas conservadoras que desnudan también incoherencias que acaban en lo que considero es un populismo discursivo.
Para dicho representante –y lo he escuchado también de dirigentes como Lourdes Tibán o la Feine, cuando se aprobó el matrimonio igualitario– no existe homosexualidad en personas indígenas. ¡Prejuicio absurdo! Existe desde antes de la conquista y fue castigada por los colonizadores. Aludo esto tras la escena del pasado 12 de octubre de querer derribar el monumento de la Reina Isabel. Refleja un resentimiento que raya en lo grotesco para cuestionar un pasado que no se puede cambiar y escapar.
Si quieren cuestionar el pasado y eliminar imágenes, el indigenismo debería recordar la colonización mental que también conllevó aquello: la religiosa. De las imposiciones más abyectas que hubo, el de la iglesia Católica fue la más cruel hacia los originarios: les dejaron sin alma, cambiaron su cosmovisión, levantaron iglesias sobre templos indígenas. Festividades como el Paucar e Inti Raimi, el Yamor, la Yumbada, ceremonias de cosecha, siembra, solsticio y equinoccio, pretendieron ser reemplazadas sin éxito por otras en honor a imágenes de vírgenes y santos. Hoy, quienes más las celebran son justamente comunidades indígenas en toda la Sierra.
Cuestionarlo es como meterse con dogmas de fe y de la ancestralidad, defendidos con garras ambos. Viéndolo del ángulo más optimista, el sincretismo cultural producto de la conquista nos hace sentir hoy orgullosos: por lo que comemos, vestimos y somos al vernos al espejo. Cito al pensador y escritor Byron Silva: “Resistirse a lo que ya pasó es imposible, mejorarlo y proyectarlo como una fecha que honre el Mestizaje Euro-americano como signo de cooperación”, es lo más coherente que la Conaie pueda hacer y no crear más resentimientos.