En el pueblo donde me crié, Puéllaro, a pesar de estar tan cerca de Quito, hasta mediados de los años 50 estaba muy aislado, pues el río Guayllabamba crea un profundo cañón que avanza muy arriba en la provincia de Imbabura, de tal manera que, en ese tiempo, tomaba unas buenas 8 horas llegar en bus a este hermoso pueblo.
El expresidente de Ecuador, Dr. José María Velasco Ibarra, quien murió en 1979, construyó un puente que cruza este río y dotó de agua entubada a la población. La puso a una hora de camino desde Quito y, definitivamente, le dio el arranque de modernidad. Más de 6 décadas después, mis queridos chagras puellareños, especialmente los de mi generación, siguen siendo velasquistas.
El peronismo ganó en Argentina, en donde todos los candidatos, de una manera u otra, son peronistas de diferentes facetas, pues hábilmente utilizan el populismo de Juan Domingo Perón. Sin embargo, parecería que el dueto Fernández y Fernández son del peronismo ortodoxo, cualquier cosa que eso sea.
Y sin tratar de hacer ningún parangón, en Ecuador sigue latente algún sentimiento velasquista; y es que nos gustan los caudillos fuertes y enérgicos, para muestra un botón: Dr. Camilo Ponce Enríquez, Ing. León Febres-Cordero, Dr. Rafael Correa Delgado, todos ellos con una gran herencia populista y, para decir lo menos, muy autoritarios, pero al igual que Velasco Ibarra, grandes constructores y con una clara visión del futuro.
Es posible que Mauricio Macri se haya equivocado. Su apego a las fórmulas de reconvención económica y la tremenda ayuda del FMI lo llevaron a concebir la creación de un país rico de gente pobre. Y eso no ha funcionado en ninguna parte. Es más bien contraproducente, pues los ciudadanos empiezan a añorar las épocas populistas y, así sean desastrosas, miran a los líderes populistas como a un mesías reivindicador.
“Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar” es un refrán que enseña que cuando ves que algo acontece a tu alrededor, lo mismo te puede pasar a ti, así que debes estar preparado o tratar de evitarlo. Creo que estamos a tiempo para prevenir que el populismo nuevamente nos contamine. (O)