Políticas de emprendimiento para aumentar el empleo y disminuir la pobreza y la desigualdad
01 de septiembre de 2011Parecería que cuando los ecuatorianos aprobamos la Constitución de 2008 no llegamos a comprender que para alcanzar un buen vivir necesitábamos primero un buen convivir. Es lamentable el nivel de intolerancia que mantenemos como producto de una política de micrófono llena de epítetos que lo único que logra es incrementar el odio y cerrar los pocos espacios de diálogos que quedan, dejando mientras tanto de lado temas estructurales como el desempleo, subempleo, pobreza y desigualdad.
Hace poco, el INEC dio a conocer los resultados del censo 2010 que no hacen otra cosa que validar de forma dramática lo que ya conocíamos, una economía altamente concentrada con prácticas abusivas de mercado que ha venido generando de forma sostenida pobreza y desigualdad.
Que el 90% de las ventas nacionales se concentre en apenas el 1% de los establecimientos económicos, que el 72% del volumen de las ventas y el 45% de los establecimientos económicos se concentren en Pichincha y Guayas; y que Pichincha, con el 18% de la población, concentre el 47% del total de las ventas nacionales; y que Guayas, con el 25% de la población, concentre el 26% de las ventas nacionales respectivamente, es preocupante.
Esta realidad, con algunos cambios no significativos, no es muy distinta de la registrada hace 20 años, lo que demuestra que no hemos contado con un modelo de desarrollo y gestión eficiente para revertir de forma “sostenida” estos indicadores, y que evidentemente se requiere el compromiso de este y futuros gobiernos para mantener una línea de crecimiento, soportada en acciones concretas y viables, dirigidas a reducir la pobreza y la desigualdad.
En desarrollo de lo anterior, debemos orientarnos a fortalecer las políticas que incentiven la creación de emprendimiento por oportunidad en los sectores más vulnerables de la población, que a su vez son los más numerosos. Los resultados del censo muestran que la mayor cantidad de empleo fue generada por los establecimientos más pequeños (entre 1 a 9 personas) con un 44% de las personas ocupadas, mientras que los establecimientos grandes, con más de 200 personas, registraron el 32% de las personas ocupadas, pese a que estos últimos concentran el 44% de las ventas frente a los pequeños que generan el 16% de estas.
No hay tiempo que perder para emprender una cruzada para vencer la pobreza y la desigualdad, por lo que me sumo a la invitación del vicepresidente Lenín Moreno para dialogar, concertar y para comprender que, siendo y pensando diferente, podemos construir un mejor país en beneficio de quienes más necesitan.