En el Neolítico superior las herramientas elementales y métodos rudimentarios para aprovechamiento de los recursos naturales renovables (RNR), agua y tierra utilizados por el hombre marcaron sus diferencias con los animales. El animal se adapta al ambiente natural. El hombre se relaciona con él para trascenderlo. “La capacidad humana va más allá del ambiente natural para construirse uno virtual que, a su vez, se hará real gracias a la técnica que invente frente a la inadecuación de lo establecido, promoviendo la invención por lo posible”. Esta facultad humana, para cambiar su entorno mediante el conocimiento tecnológico, es lo que permitió forjar la revolución agrícola mediante la cual ha sobrevivido hasta el presente.
La toma de decisiones definida ideológicamente para el aprovechamiento eficiente de los recursos naturales renovables (RNR), mediante sus conocimientos tecnológicos, se convirtió en la política vital de sobrevivencia de los humanos.
La llamada revolución neolítica (agropecuaria), proceso iniciado hace 9.000 años, se considera la primera “transformación radical de la forma de vida de la humanidad desde su origen”, con la cual enfrentó el cambio climático natural superándolo.
La toma de decisiones definida ideológicamente para alcanzar el objetivo vital del aprovechamiento eficiente de los recursos naturales renovables (RNR), mediante sus conocimientos tecnológicos, se convirtió en la política vital de sobrevivencia.
La llamada Revolución Industrial, período histórico iniciado en la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX, se caracteriza por el uso intensivo de combustibles fósiles como fuente de energía favoreciendo la tecnificación agrícola mediante la mecanización sustituyendo la mano de obra campesina, la cual emigró a las ciudades industriales transfiriendo su fuerza de trabajo a las fábricas, estableciéndose las diferencias de clases sociales. La transportación mejoró en velocidad y capacidad de transporte, lo cual permitió la movilización de grandes volúmenes de productos primarios importados por los países industrializadores. De esta forma la tecnología dividió a los países en industrializados (desarrollados) y proveedores de materia prima (subdesarrollados).
La pérdida de las colonias asiáticas de los países industrializados durante la Segunda Guerra Mundial y la posterior reconstrucción de los países destruidos significó para los países tropicales -como el nuestro- mayor demanda de productos primarios, para lo cual fue necesario mejorar la tecnificación de la producción tornándose urgente la capacitación en todos los niveles.
Con el apoyo internacional para lograr este objetivo, en nuestro país se fortalecieron las instituciones agrícolas de educación a todos los niveles. Los conocimientos científicos impartidos fueron los conocidos mundialmente, pero las prácticas técnicas introducidas fueron las que tuvieron como objetivo básico obtener la mayor productividad con el menor costo financiero considerando de poco valor los bienes ambientales. (O)