Para promover y atender la producción agropecuaria, actividad básica para la economía del país, es necesaria una sólida política de Estado, respaldada por un amplio consenso social y político, que establezca un horizonte de estabilidad y permanencia en el tiempo para alcanzar sus objetivos.
La política agropecuaria de Estado se refiere al conjunto de medidas e instrumentos que aplica la nación, en materia agropecuaria para lograr el desarrollo socioeconómico del campo, siendo necesario, para obtener este objetivo, pasar por la organización y capacitación campesina. No es extraño que el desarrollo se lo confunda con producción con la finalidad de orientar políticas dependientes ajenas a nuestros intereses.
Los trópicos del planeta, donde se ubica geográficamente nuestro país, han sido definidos como zona productora de recursos primarios por los países industrializados, cuyo objetivo es alcanzar la mayor producción al menor costo financiero, lo cual se ha traducido en la política de imponer el mínimo precio de compra del producto para sus mercados y precios sin ningún control del coste de los insumos tecnológicos introducidos. Esta política no se relaciona con la organización de los campesinos para defender sus intereses, sino más bien con la de tener grupos de ofertantes de productos primarios en las condiciones de precio y calidad exigidas por el exportador. La introducción de la tecnificación para obtener los productos sigue similar camino. Esta se aplica para lograr mayor producción sin preocuparse de los impactos producidos en el medio ambiente (capital permanente de los agricultores).
No es corta la lista de insumos contaminantes retirados por sus efectos ambientalmente nocivos. Pero estos se retiran precautelando los intereses de los controles sanitarios de los importadores (lo cual está muy bien). Pero lo mismo se debería hacer para controlar los impactos nocivos en las zonas donde se aplicaron estos productos. Ya pueden ustedes imaginarse los efectos acumulados en zonas bananeras establecidas desde los años 50 sin políticas de manejo de la contaminación.
La política de la mayor obtención de productos agrícolas primarios al menor costo financiero también influyó en la formación de los profesionales agropecuarios de los cuales se espera que capaciten a los agricultores.
Si reflexionamos sobre la producción vegetal, las plantas para producir aprovechan los recursos naturales del medio ambiente ecológico donde se desarrollan: los elementos del suelo, el agua, la energía de la luminosidad del sol (fotosíntesis), lo cual da como resultado la producción normal de las plantas, que denominamos producción sustentable.
Si requerimos una mayor producción, tenemos que recurrir al empleo de la tecnología. Para ilustrar los resultados podemos recurrir a dos ejemplos importantes de las aplicaciones tecnológicas: la maquinaria agrícola y transportes utilizando los combustibles fósiles y químicos utilizados en la llamada Revolución Verde que han tenido repercusiones políticas. (O)