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El Telégrafo
Fredy Lobato

Población, desempleo, tecnología y conservadores

13 de junio de 2020

Al título debería antecederle la palabra “exceso”. Lo contraje por economía de espacio. Algo que justamente es lo que está pasando en la realidad global: la de la economía de reducción, gracias –o debido– a la tecnología.

¿Reducción de qué? Principalmente del empleo convencional. Sonaría como pasado de moda (pero está vigente) hablar de tener “empleo para toda la vida”, cuando la tecnología –debido también a la incidencia de la globalización económica– ha disminuido el número y calidad de empleos formales y empleos en sí.

Un par de décadas atrás el hoy ministro de Universidades de España, el sociólogo y experto en comunicación, Manuel Castells, pronosticaba que la sociedad se movería en redes tecnológicas de información, que no eran solamente las redes sociales, sino las de conexión colectiva: los movimientos ambientalistas, LGBTI+, las feministas, etc.; cuyo accionar estaría acompañado de tecnología vinculada a las comunicaciones y la transformación e incidencia de Estos, en la política, la economía y obviamente, las interrelaciones humanas.

Pero el foco de su pronóstico no quedó solo en eso. El periodista Andrés Oppenheimer, en cuyo libro ¡Sálvense quien pueda!, aborda la realidad que hoy vivimos: la dificultad que atraviesa el empleo y la humanidad frente a la cada vez menor demanda de trabajo en empleos “convencionales”. Con el bum de empresas tecnológicas en formato de apps y redes sociales, se ha reducido la formalidad, las ocupaciones y el seguro social, como las conocíamos en el “Estado de bienestar”.

Con este escenario, con la cifra de sobrepoblación actual, el mundo enfrenta la escasez de oferta de empleos tradicionales y de larga duración. La clase política (gobiernos y parlamentos) no se han acoplado al nuevo escenario, ocupados en atender su corrupción; además, su miopía les impide entender la realidad. Especialmente conservadores vinculados a grupos religiosos e iglesias, que evitan hablar, debatir y aprobar leyes de control de natalidad, planificación familiar e incluso despenalizar el aborto, factores que con el tiempo evitarán la pobreza extrema. (O)

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