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Los discursos de ciertos dirigentes indígenas me causan preocupación y hasta cierta sorpresa: en todos invocan la plurinacionalidad y la interculturalidad, pero insisten en las “libertades liberales”, los derechos constitucionales y cero crítica al capitalismo. Ni qué decir de lo que reclama el MPD: todo el socialismo posible, pero sin afectar un centímetro a los “privilegios” sindicales y gremiales.
En ninguno de los dos casos hay una, por lo menos, mirada crítica al capitalismo, a la cultura que este genera alrededor del consumo y toda la inequidad que provoca. Todo eso sin dejar de lado que para los dos grupos políticos ahora los “aliados históricos” (¿de clase?) son los socialcristianos, sociopatrióticos, socialdemócratas liberales y ciertos empresarios.
Y por ello ahora se oponen a la aprobación de una ley de comunicación, por el prurito de que ese marco jurídico daría “más poder” a Rafael Correa. Rechazan toda propuesta de cambio de paradigmas, incluida la del Yasuní, para la cual ni Pachakutik ni MPD han puesto un centavo de apoyo y solo han generado todas las dudas.
Entonces, ¿los indígenas y los del MPD quieren un capitalismo con más libertades? ¿Ya no quieren acabar con el capitalismo ni mucho menos imaginar un socialismo distinto al soviético y chino?
Sospecho que invocan la Constitución de Montecristi como un documento sacro, sin la complejidad con la que está construida y proyectada hacia el futuro. No basta con defenderla en artículos concretos, como el propio Alberto Acosta lo ha dicho, hay un proyecto de vida, pero también una construcción jurídica e institucional para todos los ecuatorianos, donde caben los mestizos, los urbanos, los empresarios, las cooperativas, los agricultores, etc. Todos ellos ni son indigenistas y menos viven para el magisterio. ¿Los indígenas defienden la Constitución como una herramienta de oposición al régimen y no como una propuesta hacia el futuro para todo el Ecuador?
No es posible imaginar un socialismo con capitalismo “bello”. Y la dirigencia indígena con el MPD y otros aliados de la izquierda están pensando como lo hicieron por mucho tiempo: en una lucha constante contra el capitalismo sin formular la propuesta al socialismo ecuatoriano. Y por eso no cabe, para nada, una plurinacionalidad e interculturalidad liberal/capitalista.