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El Telégrafo
Simón Valdivieso

Periodistas o escritores…

28 de diciembre de 2023

Periodistas o escritores que emplean su pluma como una herramienta para atacar o denigrar a personas, instituciones o ideas se los identifica con el mote de “sicarios de tinta”.

Este término, aunque sugiere una comparación con los sicarios (asesinos a sueldo), se centra en el poder destructivo de las palabras escritas o publicadas en los medios de comunicación. En algunos casos, se emplea para describir a periodistas o medios que se considera que actúan de manera irresponsable, difamatoria o sensacionalista, usando la influencia de su plataforma para perjudicar a otros sin un fundamento ético o veraz en su información. Sin embargo, es importante señalar que esta expresión es bastante fuerte y puede ser considerada peyorativa por algunos, ya que generaliza y estigmatiza a toda una profesión basándose en acciones individuales o puntuales.

La crítica a la prensa por su papel ético y su responsabilidad en la difusión de la información es válida y necesaria, pero es crucial no generalizar ni estigmatizar a todos los periodistas bajo esa etiqueta. Como en cualquier profesión, hay individuos que pueden actuar de manera ética y otros que pueden no hacerlo.

El periodismo se ha hecho también presente en el escándalo del siglo 21 que está sacudiendo las estructuras del Estado ecuatoriano como es el caso “METASTASIS” en cuya investigación fiscal aparecen jueces, fiscales, abogados en libre ejercicio profesional, policías y ex policías, funcionarios públicos y un periodista; todos ellos vinculados con el crimen organizado es decir con el “sexto poder del Estado” al que han sucumbido al parecer no solo las cinco funciones del Estado sino algunas profesiones liberales como son la abogacía y el periodismo.

Y es que en METASTASIS que no es otra cosa que las conversaciones mantenidas con un narcotraficante -cuya muerte ya está en entredicho- desde una cárcel con funcionarios públicos que le hacían juego a la delincuencia de alta gama y a la impunidad, aparece la figura de un periodista,  “El de la boina” que de alguna manera está afeando la imagen del periodismo ecuatoriano y ha puesto en duda la ética de su medio de comunicación.

La ética periodística es un conjunto de principios y normas que guían la conducta de los periodistas en su labor informativa, como: la veracidad, los periodistas deben buscar la verdad y presentarla de manera precisa y honesta, lo que implica corroborar la información antes de publicarla. Imparcialidad, buscar la objetividad en la cobertura de noticias, evitando parcialidades o sesgos personales. Independencia, garantizar la autonomía frente a presiones externas, como intereses políticos, económicos o personales. Respeto, considerar la dignidad de las personas implicadas en las noticias y actuar con sensibilidad ante situaciones delicadas. Responsabilidad social, reconocer el impacto que la información puede tener en la sociedad y asumir la responsabilidad de informar con precisión y ética. Transparencia, ser transparente sobre las fuentes de información, los métodos de obtención de noticias y cualquier conflicto de intereses que pueda afectar la objetividad.

Y claro, estos principios al parecer no han estado presentes en la labor de “El de la boina” aunque hoy ofrezca disculpas al pueblo del Ecuador, que dudamos sean aceptadas ya que no se trata de un error sino una práctica insana que mancilla al periodismo incluso con sus poses de malcriado, prepotente y brabucón. Y por eso alguien dice por ahí, que entre “El patrón” y el autor del “Gran padrino” había una máxima: tú que sabes y yo que sé, cállate tú que yo me callaré.

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