Desde el primero de enero de 2007, el Periódico Post Och Inrikes Tidningar, fundado en el año 1645 y de raíces suecas, llegó y se quedó en el ámbito digital, dejando atrás su existencia en papel. De paso, subrayar que es el más antiguo del planeta, conforme lo recogen otros pares suyos.
Fue un 1 de octubre de 2014 que el New York Times hace pública la decisión de optimización de costos pro reducción de los mismos, pero añadiendo que tal ahorro será invertido en labrar un futuro digital; así se enviaba el mensaje que el diario estadounidense, que tuvo vida desde el año 1851, compró boleto para “hacer ruido” en internet.
A partir del 26 de Marzo de 2016, el Diario británico de circulación nacional The Independent, fundado en el año 1986, arribó en el planeta de lo “online”, viajando –sin retorno– desde el mundo del papel. Los dueños de la entidad públicamente aseveraron que la decisión estuvo dada por su sensibilidad a la realidad que vive el lector hoy en día, donde este vive en lo digital.
Las líneas anteriormente escritas son solo una muestra de aquella prensa escrita que conoció, comprendió y asimiló en su giro de negocio –con miras al aumento de su rentabilidad– el fenómeno de la globalización de la tecnología (en palabras de Castell, 2000) y su impacto en las audiencias: Diarios informando y formando a los lectores usando TICS y lectores exigiendo “productos” de calidad.
Toda esta interacción de periódicos que lideran el mercado por atender las demandas de los lectores vía presencia digital y estos satisfechos con material rico en “data” y creatividad, “consumiendo” a través de dispositivos inteligentes, se da en un área donde el virus de las “fake news”, lamentablemente, también tienen vida. ¡Gran desafío!
¡Los grandes lo hicieron! y funciona. En nuestra nación, El Telégrafo, frente al resultado de quienes manejaron inadecuadamente la entidad, asume el enfocarse de lleno en el viaje hacia el mundo digital. ¡Funcionará! (O)