No es fácil el pensamiento independiente, quiero decir, un pensamiento que no responda a los condicionamientos coyunturales. Nadie, por más independiente que se pretenda, piensa sin estar ligado a las limitaciones históricas de su tiempo y a los intereses que impone la propia supervivencia, incluyendo a los académicos, pues este particular profesional igual tiene que preocuparse por desarrollo de sus propias capacidades y por las condiciones que la institución en la que está obligado a desarrollar su pensamiento, le brinda.
Desde esta vía de análisis, la revolución, por ejemplo, no se podría hacer con fórmulas académicas. El académico es el más inútil en el proceso revolucionario, pues quién podría confiar en una persona que siempre fue asalariada. Su condición de obrero incapaz de producir la revolución no anula ciertamente su capacidad de elucubración, pero sí devela una interesante falacia sobre el proletariado en general, elevado a sujeto histórico con condiciones políticas para la transformación sobreestimadas. No es, pues, el saber de uno u otro proletario, ni siquiera de los supuestamente más lúcidos, como los académicos, lo que determina la posibilidad de la revolución, sino la capacidad del hacer, del acto de la organización, de la acción real.
Tenemos que hacer una ruptura epistémica y dejar de centrarnos en el sujeto histórico para advertir que las condiciones para la transformación históricas están paradójicamente en los no sujetos, en los excluidos, en los marginados, en aquellos que viven fuera de las categorías tradicionales de la “revolución” y que resuelven su vida en el vértigo de los márgenes, en el trabajo “informal”, pero que conocen las formas de organización espontánea y solidaria para la reproducción de su vida, y donde muchas veces se destruye para bien o para mal, la política.
Ser asalariado, desde luego, no necesariamente implica conformismo o acomodo, solo significa incapacidad política para acceder a las nuevas formas de organización transformadora, no ya desde lo teórico (pensamiento fácil), sino desde lo real. (O)