Doce millones de españoles se sentaron, el lunes pasado, expectantes frente al televisor para mirar el debate entre los candidatos Pérez Rubalcaba, de PSOE, y Mariano Rajoy, del PP.
La diferencia, según las encuestas, era de 14 puntos a favor del PP, por lo que se presume que el 20 de noviembre próximo será la derecha española la que deberá administrar la profunda crisis y estará en sus manos resolver el problema del desempleo, con más de 5 millones de desocupados. Al final, la conclusión del debate, al decir de los “Indignados”, es que “el cara a cara entre Rajoy y Rubalcaba lo ganaron los mercados y lo perdió el pueblo”.
El temor porque la profunda crisis que afecta a Grecia, Portugal, Italia y España se propague al resto de Europa provoca pánico en los mercados y el sistema financiero. Para intentar parar la crisis han vuelto a las recetas del FMI y el Banco Mundial y no les ha importado “inyectar” dineros para “sanear” la banca; 1 billón de euros solo para Grecia y más de 140.000 millones para España.
Y constantes recortes en inversión social e incluso sistema de pensiones. Es decir, todos los sacrificios para los ciudadanos y ninguno para los banqueros (y los especuladores financieros), que son los verdaderos culpables de la crisis.
De acuerdo a lo propuesto en el debate, los “Indignados” aseguran que las políticas que comparten el PP y PSOE no solucionan el desempleo, sino que provocan más recesión, más desempleo y más desigualdad. Por tanto, ha llegado la hora de cambiar la política. Pero serán los mismos políticos que la administrarán.
Mariano Rajoy ha anunciado que suprimirá el Ministerio de Cultura, lo convertirá en secretaría dependiente de la Presidencia, lo que ha provocado ya alarma en entre artistas y gestores culturales. Así mismo, el PP ha dicho que se pondrá fin a la obligatoriedad de las televisiones privadas de financiar el cine español y europeo.
Las cadenas privadas deben invertir un 5% de sus ingresos en producciones audiovisuales. De ese 5%, un 3% tiene que estar dedicado al cine europeo, lo que significaría la supresión de 60 millones de euros. La televisión pública debe, en cambio, invertir un 6%, lo que significa 40 millones, más 76 millones del Fondo de Cinematografía. Recursos que ahora estarían en riesgo.
Pero lo grave es que lo mismo podría suceder en el sector de ciencia y tecnología, y en la educación y la salud pública. Por eso mismo, el eslogan de campaña de Rubalcaba es claro: “Pelea por lo que quieres. Defiende tu sanidad pública”. Seguramente no será suficiente para revertir la diferencia que lo separa de Rajoy, pero al menos ya advierte lo que podría venir con la derecha “administrando” la crisis.