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El Telégrafo

Patrimonio turístico

06 de noviembre de 2011

Una familia de muy escasos recursos económicos, desde su covacha de cartón y alambre, sin servicios básicos y en un sector de alta delincuencia, ve en la TV la noticia de la exitosa  campaña publicitaria de su país en el extranjero, donde a la gente de dinero se le motiva a visitar los maravillosos sitios del país que esta familia humilde jamás podrá acercarse, pues sobreentendido está que el turismo es para quienes pueden costear sus traslados, alimentación, pernoctación y diversión.

En nuestros países es común que sitios de excepcional belleza estén en manos de ciudadanos extranjeros, dedicados al turismo como sitios exóticos o megahoteles y que con sus políticas de precios eliminan toda posibilidad de acceso a personas de segmentos vulnerables, como ancianos, niños abandonados y mucha gente pobre, que normalmente conforman la mayoría poblacional.

¿Es correcto que grandes estratos poblacionales no puedan tener acceso a atractivos turísticos de su país?
Conversando con Alejandro Fleming, ministro del Poder Popular para el Turismo de Venezuela, explica que es un “derecho popular” el que tienen todas las personas de un país a disfrutar de su “patrimonio turístico”, así no tengan los recursos económicos, es más, quizá estos segmentos que jamás han tenido unas verdaderas vacaciones en su vida, son el objetivo prioritario del Gobierno Bolivariano, para trasladarlos gratuitamente a las estructuras turísticas estatales a que, por primera vez en sus vidas -y en muchos casos la última-, disfruten de momentos de ocio y felicidad en selvas, playas o sitios turísticos de Venezuela.

Este “Turismo Social” moviliza a miles de personas de estratos pobres y sectores vulnerables a los hoteles -la mayoría cinco estrellas- de Venetur, cumpliendo así la premisa del ministro Fleming: que los recursos turísticos y paisajísticos son “propiedad” no solo de un Estado sino de un pueblo que tiene todo el derecho a disfrutar de ellos.

Venezuela tiene muy clara su versión de “Turismo Social” y es evidente que Venetur seguirá creciendo, buscando con su gestión la rentabilidad económica bajo las leyes de los mercados internacionales a los que trata de embrujar con una campaña internacional claramente direccionada, con un equipo de trabajo que es constante y persuasivo en su mensaje en cada feria internacional que los encuentro.

Pero a través del “Turismo Social” busca también que los atractivos turísticos generen la “rentabilidad social” que persigue este Gobierno, como me lo explicó Jesús Valero, gerente de Venetur Orinoco.

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