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El Telégrafo
Fernando López Parra

Patrimonialismo

07 de noviembre de 2019

El patrimonialismo es un modelo que se caracteriza por la no distinción entre lo que es público y lo que es propiedad privada. En otras palabras, se piensa que lo público es de propiedad exclusiva de una persona o grupo de personas.

Esta forma de administración pública prevaleció en el período precapitalista, cuando el monarca tenía dominio sobre los bienes públicos y privados, sin ninguna responsabilidad ante la sociedad; igual era para los gobernantes manejar lo público como si fuera de su propiedad privada.

El patrimonialismo se caracteriza por la fuerte presencia de las siguientes características: nepotismo, corrupción, ineficiencia, improvisación, falta de profesionalismo, falta de métodos de trabajo, fallas de planificación, entre otros.

Si hacemos un estudio comparado de este modelo patrimonial de gestión de lo público, se verifica claramente, que estuvo presente en nuestro país hasta hace pocos años.

También estas prácticas patrimonialistas suceden de forma permanente y casi silenciosa  en organizaciones donde grupos de poder se consideran dueños de lo público y de las organizaciones donde laboran, cuando ellos se autoproclaman como defensores institucionales y se apropian de discursos institucionales, pero que al fin favorecen a pocos. Esta práctica es conocida como neopatrimonialismo.

El antídoto para este tipo de prácticas es la gestión vinculada con una rendición permanente de cuentas y principalmente la búsqueda de institucionalización de las organizaciones públicas. Es decir, necesitamos de una eficiente gestión de los recursos públicos  con un permanente sentido de lo que significa el servicio a la sociedad.    

Es compromiso de los gobernantes dar un salto cualitativo a una gestión en la que prime la transparencia, el profesionalismo y la gestión eficiente del servicio público y además considerar que los servidores públicos de cualquier nivel jerárquico estamos comprometidos con la sociedad como principio y fin para conseguir mejores días para el país.

Necesitamos una sólida formación en gestión pública y principalmente en valores que dignifiquen la calidad humana. (O)

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