Puyo es una de las ciudades más cosmopolitas del país. Pocas urbes del Ecuador y del mundo tienen aún esta particularidad de dar la bienvenida y acoger como hijos propios a gente de todo el planeta. Usted llega a esta tierra generosa, se instala y al día siguiente los vecinos lo tratan con mucha amabilidad y no les importa su procedencia, simplemente usted ya es “amazónico” con todos los derechos y obligaciones que implican ser guardián del pulmón del mundo, de la tierra más biodiversa del planeta.
Aquí delincuencia nunca existió, hasta hace poco se dejaba el carro estacionado con las ventanas abiertas, era normal tomar unas cervezas en la vereda y ver a los niños jugando en la calle con una pelota que motivaba gritos y carcajadas.
Pero la modernidad y el crecimiento económico atiborró la ciudad de vehículos, alguna gente conduce desesperada, trayendo taras de otras ciudades y el incremento explosivo de la población viene aparejado de problemas como la inseguridad, que preferiríamos no verla como algo serio.
Pero el asesinato hace unos días de Doña Laura Mercedes Blashke López, madre del prefecto, Ing. Jaime Guevara, ha golpeado la sociedad de Pastaza en sus raíces. Jamás imaginamos una atrocidad de estas dimensiones y menos contra la pacífica dama que dio vida a un gestor que independientemente de los aciertos o desacuerdos con su gestión, es un ejemplo de caballerosidad, buenos modales y la amabilidad típica de la gente de esta tierra, que jamás mereció un daño así y menos en gente inocente.
Jaime Guevara con la voz quebrada durante la misa de cuerpo presente de su madre, dijo: “yo sabía que en la política se hacía enemistades, no enemigos” y muchos compartimos esa premisa, pero un crimen así demuestra que gente perversa ha llegado a Pastaza y esa gente no merece quedarse en esta tierra. El Prefecto ha hecho un llamado a una marcha por la paz y seguridad a la que acudiremos gustosos, para preservar uno de los pocos sitios del país y del mundo donde la violencia ha estado ausente.
Ubicaremos y expulsaremos a los violentos, esa quizá sea la mayor obra de Jaime Guevara, con quien compartimos el dolor de su pérdida, y nuestra solidaridad no termina en el pésame sino que será hasta que el último delincuente abandone esta tierra y así rindamos tributo a doña “Laurita” Blashke, cuyo apellido debe ser el recordatorio perenne de que los amazónicos y en especial la gente de Puyo y de Pastaza somos gente buena, noble y resolvemos nuestros problemas con dignidad, respeto y tolerancia.