Hijita de mi corazón, te escribo esta carta al cumplirse nueve años de tu desaparición y mis lágrimas no dejan de caer, siento cada vez más fuerte este gran vacío y el dolor que dejaste desde el primer día que te arrebataron de mis brazos.
He expuesto tu desaparición a nivel nacional e internacional, he gritado con rabia e indignación la indolencia e inoperancia de este Estado y de sus operadores de justicia; ellos cuentan con elementos, indicios, pruebas y testimonios que apuntan a tu último contacto, Andrés Fernando L. L., ahora “desaparecido”. El allanamiento de su domicilio se realizó esta semana, cuando ya se ha perdido tiempo valioso que nos permita esclarecer las razones de tu desaparición.
Giovanna, como en la investigación hubo falta de transparencia y observación al debido proceso, me he visto obligada a solicitar a la Fiscalía General del Estado que ordene el control jurídico de tu investigación; su informe determinó que los fiscales que investigaron tu caso efectuaron diligencias investigativas sin apegarse a lo dispuesto en las leyes vigentes. El sistema de justicia está en deuda con nosotros, tu familia y con las familias de los cientos de desaparecidos que por años no encuentran respuestas.
Giovanna, hija mía, en estos 9 años no ha existido un día que no piense en ti y que no te encomiende en mis oraciones para que Dios te cuide y te proteja donde Él te tenga; y que a mí me otorgue salud, fuerza y fortaleza para continuar exigiendo que te encuentren, que la verdad salga a la luz y que la justicia castigue a todos aquellos que te desaparecieron o que fueron cómplices de tu desaparición.
Este dolor tan grande, y que a ratos se me hace insoportable, me ha hecho más fuerte: jamás me cansaré de buscarte y de gritar tu nombre en cada marcha y en cada plantón que organice o en el que esté presente.
Aquí te sigo esperando, donde antes, donde siempre.
Con amor,
Tu madre Yane (O)