Motivado porque el 22 de marzo celebramos el día mundial del agua, y en buena parte porque desde que arrancó el año he recibido diez mensajes de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos que van así: “PRECAUCIÓN: Se prevé presencia considerable de lluvias (…)”, es momento de volcar la atención al fenómeno atmosférico conocido como lluvia.
La lluvia preserva la naturaleza y nos nutre de vida gracias al ciclo del agua. Pero de igual manera, en exceso tiene el poder de quitarnos todo e incluso cambiar totalmente al planeta.
Y ojo que no estoy exagerando. ¿Alguno de mis panas sabe lo que fue el llamado ‘Evento Pluvial Carniense’? Pues para los que no se los cuento, ¡Hace 235 millones de años (+-), llovió torrencialmente casi sin parar por nada más ni nada menos que dos millones de años!
Para dar contexto, después del evento apocalíptico conocido como ‘La Gran Mortandad’ (que espero no tener por qué contárselos), el planeta era árido y seco, además de que se habían extinguido el 90% de especies marinas y 70% de las terrestres. Al adentrarnos en el triásico superior (cuando se puede decir que aparecieron los dinosaurios), siendo la mayor hipótesis que por las erupciones volcánicas de Wrangellia que calentaron la atmósfera se causó un importante efecto invernadero que evaporó agua e hizo que lloviera constantemente por dos millones de años.
Estas lluvias cambiaron al mundo y causaron los ecosistemas modernos con abundante vegetación que hoy conocemos.
Ahora no ha llovido ni una parte astronómica de aquello, pero no podemos desmerecer que, a la fecha según los datos de la SNGR, tras 928 eventos peligrosos y con 1.171 damnificados continúan los estragos perpetuados por las lluvias en nuestro país desde que arrancó el año. Me refiero a inundaciones, deslizamientos, colapsos estructurales, socavamientos, vendavales y aluviones.
Ecuador presenta desde comienzos del año precipitaciones intensas que generan entre 19 y 90 mm de lluvia al día, que acorde a las alertas del INAMHI se mantendrán por un tiempo más. Enfatizándose en la región Costa.
Gratamente, las lluvias no durarán años, y ahora lo que nos queda es continuar labores preventivas para evitar la acumulación de agua e identificar posibles puntos de riesgo que puedan ocasionar deslizamientos o derrumbes, alertando a expertos para tomar acciones.
Tengamos respeto a la naturaleza, y recordemos que la vida que da la lluvia también la quita. ¡Deseándoles un feliz Pawkar Raymi y a las mujeres un feliz reconocimiento a la lucha histórica por equidad me despido hasta la próxima panas!