Recordaba hace poco cómo a muchos de nosotros en algún momento la profesora de matemáticas nos dijo: “Deben aprenderse las tablas de multiplicar… ¿O qué? ¿Van a llevar consigo siempre una calculadora?”, pues ja!, pocos esperamos que hoy en día tendríamos la mayor parte del tiempo con nosotros a aparatos tan pequeños que nos permiten entre muchas otras funciones realizar multiplicaciones.
En semanas pasadas, una tendencia en las conversaciones fue ChatGPT, pero ¿Qué es? Y ¿Cómo podría afectarnos o/ cómo podemos sacarle provecho? Lo que conocemos como ChatGPT es una inteligencia artificial generativa lanzada a finales de noviembre de 2022 que interactúa con nosotros por medio de conversaciones, de ahí su nombre ‘Chat’ y GPT que significa Transformador Pre-entrenado Generativo (con siglas en inglés).
Esta inteligencia artificial está entrenada para tener conversaciones con nosotros, entender con precisión y responder coherentemente. Es complicadísimo diferenciar si sus respuestas fueron escritas por una persona o una máquina, gracias a que ‘aprende’ según lo que se le dice y cómo se interactúa; dicho en otras palabras, se alimenta por el contexto.
ChatGPT no es la primera inteligencia artificial, de hecho, todos llevamos mucho tiempo interactuando con estas, por mencionar algunos ejemplos: los asistentes de voz de los celulares, las predicciones del buscador Google, los chatbots de algunas empresas por WhatsApp y hasta las recomendaciones personalizadas que se nos dan en Spotify y redes sociales. Eso sí, lo que hace a ChatGPT llamativo es ser gratuito y estar al alcance de todos tras registrarnos y crear una cuenta en ‘OpenAI’.
Panas, ahora que tenemos clarísimo qué es, les enumeraré una serie de usos que se le dan y con eso pasaremos a la segunda pregunta sobre sus efectos y el provecho, así, les comparto que la gente está usando a esta inteligencia artificial para:
• Hacer búsquedas de información de todo tipo con explicaciones y fuentes incluidas.
• Redactar textos, que van desde libros de ficción, hasta ensayos académicos.
• Calificar, corregir y simplificar documentos.
• Crear y revisar líneas de código de programación. Y, los más creativos nos sorprenden con otros usos como:
• Escribir cartas de motivación, presentación (y hasta de amor) personalizadas.
• Pedir recetas paso a paso con los ingredientes que tengan en casa.
• Ayudarnos a planificar un negocio desde cero.
• Crear planes de ejercicio detallados según sus metas y equipo.
• Y más, según lo permitan nuestras ideas y claro está los límites de ChatGPT.
Así que, ¿debemos preocuparnos?, pues sí y no, quién recuerda cuando apareció WhatsApp y cambió hasta la fecha por completo a lo que concebimos como comunicación (dejando generalmente en el olvido a las líneas telefónicas fijas).
Lo que les puedo asegurar es que debemos estar tranquilos, porque no nos va a dejar sin trabajo en el corto plazo, pero sí es innegable un impacto próximo en nuestras ocupaciones, desde ya en labores simples y repetitivas y, a más largo plazo, en otras donde se pueda instruir a la inteligencia artificial en un conjunto de reglas que permitan llegar a un objetivo complejo. Podría adelantarles que veo su uso en campos profesionales como la programación, traducción, publicidad, escritura, traders, contadores, servicio al consumidor y, ¡hasta el diseño gráfico y la enseñanza!
Lo importante es abrir nuestra mente a esta y nuevas herramientas que llegarán en el futuro, usarlas de manera responsable y, ¿qué nos queda ahora? Pues si existe una herramienta que genera texto y produce resultados casi perfectos al instante, está en nuestras manos dar ‘el valor humano agregado’ a lo que generamos y recordar que no todo es automatizable porque el criterio humano es irremplazable para evitar sesgos y errores, así que panas, ojo, a adoptar y usar responsablemente estas maravillas… ¡No será que después lo único inteligente que tengamos con nosotros sea el celular!