Cuenta regresiva para despedir el 2024: 20, 19, 18… ¡estamos a tan solo dieciocho días de darle la bienvenida al 2025! Este año se despide con la etiqueta de “complejo” —y no sin razón—, cargado de metasinconclusas,sueños aplazados y planes que, por más que quisimos, no se concretaron.
Tomando esto en cuenta, felicito a todos los panas que no se dejaron vencer por las adversidades de este 2024 y lucharon por alcanzar sus metas. Pero, sea que las hayan conseguido o no, e incluso para quienes se perdieron en el camino, les recuerdo que, a veces, la vida tiene otros planes para nosotros. Planes que esconden lecciones valiosas y que, aunque no lo parezca al principio, a cambio nos dan fortaleza.
Este 2024 nos dejó claro que los desafíos son pruebas, pero no para vencernos, sino para mostrarnos de qué estamos hechos. Con curvas y tropiezos en el camino, y un panorama nacional que crudamente no mejoró, es crucial no desalentarnos. Todo ecuatoriano debe aprender de los desafíos, porque estos no son enemigos, sino entrenadores. Son guías incómodos que nos empujan más allá de nuestras zonas de confort.
Cada obstáculo que enfrentamos, por pequeño o grande que haya sido, nos fortaleció. Nos hizo más creativos al buscar soluciones, másresistentes al aguantarlastormentas y, en muchos casos, más humildes al aceptar que no todo depende de nosotros. El aprendizaje no siempre viene envuelto en bonitosregalos; a veces llega disfrazado de pérdida, cambio o incertidumbre. Pero, panas, ahí es donde realmente crecemos. Porque, aceptémoslo, en la comodidad rara vez encontramos el impulso para evolucionar.
En la vida existen pocos absolutos, y uno de ellos es que un obstáculo o desafío puede convertirse en una oportunidad de aprendizaje y crecimiento personal. Que nos corten el agua y la luz, pero nunca las ganas de salir adelante y soñar con un futuro mejor para nuestros seres queridos.
Así que terminemos este capítulo con orgullo, sabiendo que cada paso, incluso los más inciertos, nos trajo hasta aquí. Porque aprender de los desafíos no solo es importante, es la esencia misma de la vida.
Y les dejo con otro absoluto: puede que hoy no estemos bien, pero les aseguro que, en un futuro, lo estaremos.