El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, solicitará ante la ONU el reconocimiento de su país como miembro 94 de la Organización. Han anticipado su voto favorable cerca de 150 estados, entre los que se cuentan los latinoamericanos que, con pocas excepciones, han reconocido a Palestina en su nuevo estatus. El entendimiento entre Al Fatah y el Movimiento de Resistencia Islámica, han posibilitado la presencia unificada ante el máximo organismo mundial.
Largo camino ha recorrido ese pueblo, desde la primera posguerra del siglo XX. La presencia de potencias extranjeras que decidían sobre el destino de pobladores y territorios permitió que, como reconocimiento mundial al pueblo judío que fuera una de las principales víctimas del nazi-fascismo, se aprobara en 1948 el establecimiento del estado de Israel en los territorios palestinos. Los habitantes de esas tierras fueron desplazados y comenzó un éxodo que no termina. La lucha palestina ha sido permanente y en ocasiones ha estado acompañada por otros países árabes. Cuando en 1967 Israel venció en la Guerra de los Seis Días, se dio la ocupación de la franja de Gaza que recién concluyó en 2005.
La condena internacional a las acciones de Israel ha sido constante, incluyendo la del propio pueblo judío. Tanto en Cisjordania como en Gaza, los palestinos continúan sujetos a los designios de Israel. No pueden navegar su mar adyacente ni tener siquiera un aeropuerto. Los asentamientos de colonias judías no se han interrumpido y ello ha provocado el estancamiento de las negociaciones bilaterales. La opinión internacional favorece, en términos generales, la presencia de dos estados y por resolución de la ONU, el que corresponde a Palestina debe tener como fronteras las anteriores a 1967, compartiendo a Jerusalén como capital.
El proceso en la ONU no seguirá el curso regular, que requiere de la aprobación del Consejo de Seguridad para pasar al plenario, pues Estados Unidos anticipó su veto, reafirmando su alianza con Israel.
Sin embargo, de alcanzar más de 128 votos favorables –lo que sucederá con seguridad-, Palestina pasará de la condición de entidad observadora a estado observador, abriendo así las puertas de futuras negociaciones hacia una total independencia.
Sobre las amenazas de la derecha israelí, es hora de que la humanidad pague su deuda histórica con el sufrido y heroico pueblo palestino. Solo la paz permitirá la construcción de un mejor futuro para los dos estados.