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El Telégrafo

Paisajismo contaminado

25 de septiembre de 2011

En nuestro país los conceptos de desarrollo turístico aún no sobrepasan la promoción del paisajismo y lo cultural, ambos elementos en franca descomposición.

Llegará algún día el turismo fundamentado en la incorporación de los campesinos a procesos de capacitación en el procesamiento artesanal de la producción agrícola ganadera, que permita al turista deleitarse con nuestros productos,  llevárselos a su país de origen y compartir nuestros sabores con sus familiares y amigos, convirtiendo así al turismo en un verdadero mecanismo de exportación permanente.

Hasta que el turismo sea realmente incluyente, dinamice  nuestra matriz productiva, vigorice nuestra economía y, en especial, mejore la calidad de vida de quienes están más cerca de los recursos naturales, tenemos que conformarnos con el turismo convencional de paisajes y personajes.

El viceministro de Turismo, Luis Falconí, en la novena edición de FITE ratificó que el turismo es política de Estado y que todos los ministerios incluyen en sus acciones las correspondiente variables turísticas, lo cual fue motivo de aplausos.

Sin embargo, si recorremos la excelente red vial de Ecuador, vemos que la agresión al paisajismo por parte de las empresas publicitarias es cada vez más brutal y despiadado, con las telefónicas a la cabeza.

No queda rincón en el país donde no haya una megavalla que distraiga, contamine y violente el paisaje, en tanto en España o Estados Unidos, que privilegian el turismo, no existe ninguna rotulación que sobrepase los sesenta centímetros en sus carreteras.

Últimamente se han sumado a la contaminación visual abundantes vallas de las empresas constructoras al servicio del Ministerio de Obras Públicas, que evidentemente no tienen conocimiento de que el turismo es un eje transversal de este Gobierno, por lo que con el mismo presupuesto que elaboran las vallas deberían poner señalética turística, que indique a dónde conduce la flamante carretera, sitios de interés cercanos, altitud, temperatura, kilometrajes y tanta información indispensable para transitar con seguridad y direccionando eficientemente al turista hacia los prestadores de servicios, hacia los municipios y las comunidades que invierten mucho, en crear estructuras muy atrayentes a las cuales no se puede llegar con certeza y celeridad.

Aspiremos a que el turismo, como política de Estado, se cumpla en la red vial ecuatoriana, que se realicen ensanchamientos de carretera en los sitios de exuberante paisajismo y que, en vez de rótulos contaminantes, tengamos una señalética turística.

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