El estreñimiento es una condición que consiste en la falta de movimiento regular de los intestinos, lo que produce una defecación infrecuente o con esfuerzo, generalmente de heces escasas y duras. La frecuencia normal varía entre las personas, desde un par de veces al día hasta tres veces a la semana. Puede considerarse como un trastorno o una enfermedad, según altere o no la calidad de vida. No es infrecuente que a esta condición también se le denomine constipación de vientre o intestino.
El paso de las heces grandes, anchas o duras puede desgarrar la membrana mucosa del ano, especialmente en los niños, lo cual puede causar sangrado y la posibilidad de una fisura anal.
Tratándose de un niño es posible que llore mientras está tratando de evacuar, que sienta dolor o exprese que tiene deseos de evacuar, pero a pesar de pujar y esforzarse no puede hacerlo, así que no es raro que el pequeño grite y se enrojezca cuando está evacuando. El estreñimiento es un problema frecuente en la edad infantil y se estima que afecta del 1,5% al 7,5% de la población en edad escolar.
Hay dos tipos de estreñimiento: El estreñimiento agudo, que puede aparecer en cualquier persona en un momento concreto por situaciones de cambios en los hábitos normales; y el estreñimiento crónico, que es un hábito persistente por meses o años. Puede deberse a:
-Dieta inadecuada, con poca fibra y pocos líquidos.
-Sedentarismo.
-Medicamentos.
-Al efecto rebote del abuso de laxantes, entre otras causas.
Causas comunes
El estreñimiento es causado con mayor frecuencia por:
-Dieta baja en fibra.
-Falta de actividad física.
-No tomar suficiente agua.
Demora para ir al baño cuando se presenta la urgencia de defecar.
Otras causas de estreñimiento menos frecuentes: Embarazo, hipotiroidismo, trastorno de salud mental, cáncer de colon.
La respuesta dietética
El incremento en los aportes de fibra a partir de cereales integrales, verduras y frutas, legumbres, frutos y frutas secas se asocia con un aumento en la frecuencia de las deposiciones y un mayor peso de las heces. La fibra actúa aumentando la masa fecal, estimulando los movimientos intestinales y facilitando la fluidez de las heces.
Otro aspecto a tener en cuenta es aumentar la ingesta de líquidos, con las comidas (sopas, gelatina, infusiones, etc.) y entre comidas (preferiblemente agua, zumos naturales), sin olvidarnos de realizar algún tipo de ejercicio físico de forma regular que ayude a fortalecer los músculos de la pared abdominal que intervienen en la
expulsión de las heces.