El pasado fin de semana vimos lo que ya nos tiene acostumbrado el Pleno de la Asamblea Nacional un nuevo escenario de pactos, acuerdos, desacuerdos y gritos, pues nuestros amigos asambleístas estaban votando para organizar sus bancadas, la nueva mayoría y las autoridades de la institución.
Esto no es un tema menor pues estábamos a la expectativa que los acuerdos de campaña se cristalicen y la hegemonía política se acuerde de una vez por todas, para así, saber cual será el rumbo de la política en estos próximos años de gobierno.
La lógica básica nos llevaba a pensar que la bancada del gobierno pactaría con sus aliados políticos, el experimentado PSC. Pero, lo que no todos esperábamos es que se hayan estado cuajando acuerdos con el correísmo. Hecho que no sorprende, pero si ofendió a más de uno.
Estoy de acuerdo y celebro que los “enemigos tradicionales” de facciones políticas distintas, por una lógica gobernabilidad y por poner al país primero, acuerden bajar las armas y remar de un solo lado. Pero esto no estaba pasando.
Este chisme de pasillo que comenzó a volverse más fuerte, tuvo la reacción lógica de la ciudadanía que le había entregado el voto a Guillermo Lasso. “No votamos para que se pacte con el correísmo”, dijeron.
Los 137 honorables llegaron al hemiciclo de la Asamblea Nacional con los pactos hechos, documentos redactados para materializar lo que se venía comentando en los pasillos de las redes sociales. CREO-PSC-UNES habían acordado hacer la nueva mayoría; el contenido del pacto era en efecto un secreto.
Al llegar el momento del voto, se postula a Henry Kronfle y el compromiso se rompió inmediatamente, la bancada oficialista de Guillermo Lasso votó en contra; se necesita 70 votos, llegaron a la primera votación a 68 y, en la reconsideración quedaron en 69. La confusión reinó y los ánimos se caldearon como en los viejos tiempos, las redes sociales se calentaron y el PSC comenzó a revelar el pacto por medio de correos enviados entre los bandos. La realidad es que CREO decidió escuchar a sus mandantes y no a la política.
Después de esta rotura estrepitosa y sin previo aviso el resto fue un desorden; un asambleísta pidió receso para comer después de que habían “fumigado” hasta el último bicho que dormía escondido en el Pleno de la Asamblea Nacional. No hubo consenso y se suspendió la sesión hasta el sábado a fin de que se reagrupen y se organicen.
El sábado el Pleno debió comenzar a las 15h00, pero como es costumbre de nuestra cultura y sociedad, comenzó tarde y comenzó apresurado, se reveló el nuevo pacto de gobernabilidad. En un giro inesperado y entretenido que hasta aplaudido fue, Pachacutik pactó con CREO y aliaron a los independientes asilando al PSC y el correísmo (UNES) en una refrigeradora política. PSC molesto se levantó y se fue.
Si queridos lectores, como lo oyen, la facción política que representa a los pueblos y nacionalidades indígenas pactaron con la facción que es representada por un banquero, mientras que el social cristianismo, muy pegadito a la derecha, pactó con su contradictor, el correísmo.
Se designaron autoridades, pero la más importante es la Presidencia que la ocupa desde el sábado, Guadalupe Llori, una activista que fue encarcelada por el gobierno de Rafael Correa y que, por vueltas y volteretas de la política, fue posesionada por la hermana del mencionado, con una sonrisa que no demostraba alegría de parte y parte.
Pero ¿Qué viene después? Eso está por verse, pues una cosa es que se haya pactado una mayoría para designar autoridades, otra muy distinta es que esta mayoría se mantenga a lo largo del tiempo pues, la posición ideológica de los conformantes de estos votos que aprobarán leyes podrá verse afectada cuando se topen temas sensibles donde los irrenunciables de esta rara unión llegue a la mesa de análisis de las comisiones y, sobre todo, el Pleno.
Finalmente creo que Guillermo Lasso reflexionó y mucho después de la bulla que escuchó por todos los medios pues dentro de su electorado que le dieron la oportunidad de sentarse en Carondelet, existe una porción fuerte que no votó por él, más sí, votó en contra del continuismo, en contra del correísmo y su supuesta alianza con este movimiento lo iba a golpear y mucho.
Pachacutik tiene una opción de oro, tiene capital político, puede generar el cambio que necesita y ser escuchado ya no en las calles si no en la estructura del Estado, mediremos así entonces si la madurez política de las alianzas necesarias para una mayoría han alcanzado tal nivel de decencia que miren por primera vez al Ecuador, enterrado en deudas, falta de vacunación, corrupción y desorganización, como la única agenda y no, a un narcisismo político que ya nos entregó agendas direccionadas a darse la razón e imponer sin escuchar.
No es recomendable dejar de lado al correísmo y al PSC, ellos también forman parte del Ecuador y su política, tan es así que, representan un buen porcentaje del electorado y deben ser escuchados, pero esta vez, serán escuchadas sus posturas más no serán impuestas sus ideas.
Que hablen, que acuerden, que trabajen, que se organicen, que cumplan, que modifiquen y que hagan lo que deban hacer, sus mascaras han caído y sus convicciones han quedado al desnudo, ya todos los sabemos, lo único que pedimos es que nos ayuden a salir de este bache y que lo hagan lo más pronto posible, sin perdonar a corruptos sentenciados, pues de hacerlo, perdonarán a las empresas que cayeron con ellos por robarse el dinero de todos que hasta ahora no devuelven. Esto sería imperdonable.
A los honorables un recordatorio: el poder es efímero; a nosotros como electorado: la madurez política es necesaria, la vigilancia constante es esencial.