He redactado uno de los documentos que configurarán el dossier que está siendo armado por el Municipio de Quito para presentarlo a la Unesco y lograr que el territorio del Distrito Metropolitano sea declarado patrimonio geológico bajo la insignia de “Geoparque Mundial”. Conocer sobre este proyecto me ha dado enorme satisfacción por el amor que le tengo a Quito y por la inspiración de ir a conocer cada uno de los sitios importantes, –más de veinte, dicen los expertos –, que marcan la naturaleza geológica de nuestro lar, tan bendecido por su belleza natural.
Traigo a mi mente algunos lugares que conozco, que estoy segura serán hitos del patrimonio geológico significativo que pide la Unesco: “formaciones geológicas, paisajes, rocas, minerales, fósiles y evidencias de procesos geológicos importantes”. El cráter del Guagua Pichincha cuya lava, ceniza y fumarolas asustan a cualquiera que recuerda la erupción de vapor y ceniza en 1999. O los monumentales paisajes rocosos y bosques primarios de Papallacta en el páramo, que muestran actividad tectónica y volcánica que ha dado lugar a la formación de aguas termales, ricas en minerales y con propiedades curativas, pero también ha dejado rocas y glaciares. Otro lugar, cerca de Papallacta, es el volcán Antisana, que se deja ver sólo de vez en cuando desde Quito, pero que cuando lo logramos ver nos impresiona por la magnificencia y sensualidad de sus formas. Es una de las montañas más bellas de la cordillera de los Andes por su imponente altura, su cumbre nevada y sus laderas cubiertas de vegetación. El paisaje que rodea al volcán es también de una gran belleza, con su lago glacial y una gran variedad de flora y fauna que lo hacen un lugar único en el mundo.
Me ilusiona volver a ver la imagen de placidez del cráter del Pululahua con sus verdes campos de cultivo en la base. O totalmente lleno de niebla. Es uno de los pocos volcanes que tiene un cráter habitado, único también desde el punto de vista geológico. Y me estremece contemplar cada día al Cotopaxi botando vapor y ceniza, manteniéndonos en alerta y contradiciendo a Humboldt que decía no acabar de entender a los ecuatorianos que “duermen apaciblemente en medio de furiosos volcanes”. Estos lugares y los que conoceré llenan con creces los requisitos de la Unesco para los Geoparques que son los de “tener un valor científico excepcional y contribuir a la comprensión de la geodiversidad, la historia de la Tierra, los procesos geológicos y la evolución de la vida”.
La UNESCO ha creado la categoría de Geoparque Mundial como una iniciativa para la conservación y promoción del patrimonio geológico y cultural en todo el mundo. Según la UNESCO, los Geoparques son "áreas geográficas unificadas que presentan un patrimonio geológico de importancia internacional, con un valor científico, estético y cultural excepcional, y que cuentan con una estrategia de desarrollo sostenible basada en la conservación y el uso sostenible de los recursos geológicos". El Ilustre Municipio de Quito no tendrá problema en demostrarle a la UNESCO que Quito tiene esas características; en lo que sí tendrá que trabajar será en la estrategia de desarrollo sostenible.
En el Ecuador ya existe un antecedente de Geoparque Mundial. El territorio de la bella Imbabura obtuvo ese galardón. La provincia fue declarada como Geoparque Mundial de la UNESCO en 2019, luego de que sus autoridades se sometieron a un proceso riguroso de caracterización, documentación, difusión y evaluación. Ese mismo proceso deberá seguir nuestro Distrito, apoyado por sus autoridades, sus técnicos y con el apoyo de los geólogos de la academia. Quito es, sin duda, tan o más precioso que cualquier otro geoparque. Los encargados en la nueva administración de presentar el caso incluirán en el dossier el esplendor del paisaje de Quito, sus diferencias orográficas y climáticas, la variedad de sus pisos ecológicos, la riqueza humana de sus habitantes diversos, su grandioso patrimonio cultural tangible e intangible.
En 2015, la UNESCO creó la Red Mundial de Geoparques para promover la cooperación internacional y el intercambio de experiencias entre los Geoparques de todo el mundo. Actualmente, la Red Mundial de Geoparques cuenta con más de 160 Geoparques en más de 40 países. Los Geoparques son para la UNESCO una herramienta importante para el desarrollo sostenible, porque promueven la conservación del patrimonio geológico y cultural, fomentan la educación y la divulgación científica, y estimulan el turismo sostenible y la economía local.
Ya los geodésicos franceses del Siglo XVIII marcaron la línea ecuatorial en la Mitad del Mundo, otro sitio importante desde el punto de vista geológico. Ahora “Quito sin minería” obtendrá en la consulta popular un triunfo que marcará también un hito, en este caso, hacia el desarrollo sostenible. Estos aspectos –unos históricos y otros actuales – deberán ser incluidos en el dossier del próximo y maravilloso Geoparque-Quito que nos henchirá de orgullo una vez más.
“En las faldas inmensas de un monte
tu grandeza buscó un pedestal,
para henchir tu ambición de horizonte
y calmar tu ansiedad de ideal.”