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El Telégrafo

Orgulloso de ser ecuatoriano

25 de enero de 2012

El arranque de una nueva temporada del fútbol ecuatoriano está a la vuelta de la esquina. Los domingos sin fútbol parecen ser eternos, sin embargo, la “magia” de la televisión nos permite sin mayor esfuerzo disfrutar del “Rey de los deportes” en la comodidad del hogar.

El domingo anterior tuve la posibilidad de mirar el choque entre el Arsenal y el Manchester United, nada más y nada menos que un clásico del balompié inglés. Lógico, el interés se incrementa por la actuación de nuestro compatriota Luis Antonio Valencia en el cuadro de los “Diablos Rojos”.

Fue un gran partido, en realidad un partidazo, de esos que satisfacen el paladar negro de los aficionados más exigentes. Qué espectáculo, dinámica, velocidad y potencia, además un respeto absoluto por el público y la pelota.

Qué lindo es así el fútbol, lleno total en el estadio y en el campo 22 profesionales de primer nivel, entre ellos Luis Antonio Valencia, que una vez más brilló con luz propia. Qué orgulloso de ser ecuatoriano me hizo sentir Valencia el domingo anterior. Fue figura descollante, marcó uno y asistió de manera espectacular a Welbeck para el tanto que le dio la victoria al Manchester, sobre uno de los más apergaminados equipos de la Premier League, el Arsenal.

De ninguna manera intento descubrir, a través de éste artículo, la capacidad y el talento de Luis Antonio Valencia, para nada; él, a través de los años, en base a esfuerzo, entrega, preparación y capacidad, se ha ganado un nombre en el país de los inventores del fútbol y ese reconocimiento se extiende en todo el continente europeo.

Ante el Arsenal, el “Toño” tuvo una actuación espectacular, en el mano a mano estuvo imparable, desbordó permanentemente por el costado derecho; ha logrado fusionar una mezcla de velocidad en potencia, que le permite pasar en fracciones de segundos de defensa a ataque generando sorpresa en el contra-ataque.

Freno y enganche, freno y repentización,  enganche y centro; no en vano es considerado el mejor centrador del mundo y su mayor beneficiario es Wayne Rooney, el tanque goleador con quien han construido la sociedad del gol y que la disfruta la hinchada del United.

Considero que el partido que disputó Valencia el domingo anterior fue uno de los mejores en su brillante trayectoria en el fútbol de Inglaterra.

En el último minuto del primer tiempo aprovechó un centro de Ryan Gigss y con certero golpe de cabeza puso el esférico en el fondo de las piolas.

En la etapa complementaria, cuando el partido se le había complicado al equipo de Sir Alex Fergusson, apareció Luis Antonio, frotó la lámpara, y luego de una jugada genial eludiendo a cuanto rival se le puso en frente, le entregó en bandeja a Welbeck para que marcara el segundo tanto, que le permitió a su equipo continuar en la lucha por el título con su eterno rival el Manchester City, que le ha sacado una diferencia de tres puntos.

La figura del partido fue el volante ecuatoriano, rozó la perfección, hoy por hoy debe estar considerado como uno de los mejores jugadores del mundo en su posición. Qué orgulloso me siento de ser ecuatoriano.

En el fútbol, en el deporte y en la vida los seres humanos somos afectos a las comparaciones; siempre la discusión será apasionante sobre quien ha sido el mejor en todos los tiempos.

Soy partidario más bien de respetar la historia de cada quién y lo que en determinado momento cada uno hizo para emocionarnos e inflar el pecho, por el orgullo de haber nacido en esta bendita tierra.

En el fútbol nadie puede desconocer o peor aún olvidar a Alberto Spencer, toda una gloria, un “crack” en toda la extensión de la palabra, quizá con mayor reconocimiento en Uruguay, donde lo idolatran a pesar de haber fallecido hace algunos años. Un goleador notable un adelantado en el tiempo, hasta hoy es el máximo artillero de la Copa Libertadores de América.

Por la trascendencia internacional, tampoco podemos dejar de mencionar a Álex Aguinaga. El “Güero” cosechó sus mayores éxitos en el fútbol mexicano, al que llegó con apenas 18 años, fue declarado el mejor jugador extranjero de la década y al igual que  “cabeza mágica”, es ídolo en México.

Hay otros nombres importantes que han quedado en la historia y que guardan el reconocimiento del aficionado: Jorge Bolaños, Polo Carrera, Washington Muñoz, Félix Lasso, José Villafuerte y los más recientes Agustín Delgado, José Francisco Cevallos, entre otros personajes que escribieron la historia de nuestro querido fútbol nacional.

Podemos entrar en un gran debate si se trata de escoger al mejor jugador de todos los tiempos, quizá en algún momento me anime a elaborar un ranking, pero por el momento prefiero ser grato y recordar con emoción a todos quienes escribieron esta historia y disfrutar con el presente, que nos ofrece un talentoso Antonio Valencia.

El presente refleja el progreso y crecimiento de nuestro balompié, hay un importante número de jugadores que militan en el fútbol del exterior y que semana a semana, buscan triunfar y escribir su propia historia. Luis Antonio Valencia es el espejo donde muchos “pibes” se quieren mirar, un muchacho que proviene de un hogar humilde, que ha sabido luchar y superarse.

Futbolísticamente nació en el Caribe Junior de su natal Sucumbíos; con  El Nacional fue campeón en el 2005; fue transferido al Villareal y luego cedido al Recreativo de Huelva; el 19 de agosto del 2006 debutó en la Premier League con la camiseta del Wigan, y luego de depositar 26 millones de dólares, el Manchester adquirió sus servicios; con los “Diablos Rojos” ha ganado a más de la Premier, la Carling Cup y la Community Shield, disputó una final de la Champions ante el Barcelona y, sobre todo, dentro y fuera de los terrenos ha demostrado ser un profesional a carta cabal. Qué orgulloso me siento de ser ecuatoriano. Gracias Antonio por tantas alegrías.

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