A pesar de la lejanía para el lance electoral de 2017, la frustrada y belicosa oposición fraccionada con ambiciones dispersas de sus integrantes reaparece petulante, apoyada por la prensa comercial, supuestamente, unificada, sobre la base de un inconsistente pacto, en su intento por recuperar espacios, frente al fortalecimiento de la Revolución Ciudadana y su líder Rafael Correa que se afianza en el país, con proyección continental.
La sobra de la partidocracia, grupos políticos desorientados, desertores, seudoizquierdistas y otros, sin líderes capaces y carentes de ideologías, que integran la oposición, confundidos y sin respaldo popular, fomentan alianzas ficticias, presumiblemente, para derrotar al guía del socialismo siglo XXI, en una probable contienda presidencial.
Según un acuerdo de 10 agrupaciones políticas, representadas por los mismos rostros de los contumaces perdedores, dizque para vigilar la transparencia del proceso de 2017, cuando todavía ni ellos definen candidaturas y sí la Ley Electoral faculta a los actores políticos a contar con veedores y ejercer el derecho a la apelación, se revela el anuncio de una anticipada derrota en las urnas.
El gobierno de la Revolución Ciudadana no está en campaña electoral ni necesita propaganda y que a pesar de las contingencias no paraliza su proyecto político y más bien acelera los planes de vivienda, vialidad, salud, educación gratuita, protección a los minusválidos, afiliación a las amas de casa, centrales hidroeléctricas; en resumen, todo por mejorar las condiciones de vida de los ecuatorianos. El cambio socioeconómico en Ecuador es evidente, con la dirección del Primer magistrado de la nación.
De otro costado, los ‘contreras’ promueven acciones agresivas para la batalla electoral próxima, todavía lejana, en su intento por recuperar espacios, aunque sea en la Asamblea. Por allí asoma un movimiento, denominado Concertación, inflado como globo de plástico por la prensa privada con un desesperado llamado a la unidad de los grupos de oposición y en la urgencia de buscar un candidato presidenciable único para enfrentar -según ellos reconocen- a la poderosa fuerza de Alianza PAIS. Predicen una inevitable derrota si la oposición se presenta dividida. Seguramente, para ganar tiempo, reactualizan la tesis del candidato único como última opción para frenar al seleccionado de Alianza PAIS con sus aliados, pero no pueden ocultar que los aspirantes de la derecha son los mismos perdedores de siempre, con otros nombres, siglas, falsas promesas y el repudio ciudadano.
Referente al proyecto de enmienda constitucional, incluida la reelección indefinida, un jurista explica: “Independientemente del actual Presidente, se necesita de un período de larga estabilidad para afirmar cambios sociales y económicos”. El tema, aún en tratamiento, asusta a la oposición, que pese a su debilidad y quebranto, se arriesga a participar en otra contienda electoral, pero -alerta- no descarta repetir otros intentos golpistas.
Alianza PAIS se mantiene triunfalista, aunque la oposición presiente otra vergonzosa derrota en 2017, no es indiferente a los oscuros ajetreos de los rivales y, en respuesta, presiona el proceso de cambio por una patria nueva. (O)