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El Telégrafo

Nuevos bachilleratos y cambios del sistema de promoción (2)

24 de septiembre de 2011

La historia, hasta el presente del sistema de promoción en la educación primaria y secundaria del Ecuador, ha sido una verdadera masacre de millones de talentos y vidas frustradas. Sin embargo, casi la totalidad de los estudiantes, padres y educadores lo ha vivido como algo natural. Estudiantes, que por no haber aprobado  una, dos o más materias, son  obligados a perder el año escolar y repetir todas las materias, incluso las que ya aprobaron con buenas, muy buenas e incluso excelentes calificaciones: no se reconocen las competencias que ya demostró cuando sí aprobó algunas materias.

Con ello ocurren varios absurdos antipedagógicos: este injustificado repetidor quitará espacio y, por tanto, la oportunidad para que otro alumno pueda estudiar; alumnos estudiosos, talentosos y superdotados obligados a estudiar a un ritmo antinatural, al ritmo de los alumnos medios; que el alumno  enfoque su vida a las materias que tiene menos capacidad y talento (descuidando las materias que más le gustan y tiene mejores aptitudes e inteligencias) porque de lo contrario simplemente se quedará de año.

Mi propuesta es que en la enseñanza general básica y bachillerato se incluya el reconocimiento de las materias que ya se aprobó. Implementar el concepto de promedio en diversas circunstancias. Esto permitiría aceptar rendimientos finales insuficientes en algunas materias y, en compensación, aumentar los rendimientos en otras materias de los troncos comunes de los diversos bachilleratos, en busca de fomentar el desarrollo de los talentos.

Si en una materia el rendimiento es menor de 10, el promedio debe ser mayor de 12. Si en dos materias el rendimiento es menor de 10 el  promedio debe ser de 13 o más. Si en tres o más materias el rendimiento es menor de 10 el promedio debe ser de 14 o más. En las menciones electivas especializadas de los bachilleratos, el rendimiento mínimo debería ser 14, en cada materia, debido a que es el área de su vocación, y debe  tener más aptitudes e inteligencias desarrolladas, pues  se relacionan con su futura profesión y trabajo.

Los estudiantes, previa solicitud, deberían ser examinados y aprobar materias y años escolares que se encuentran por encima de su nivel.

La comprobación de alguna discapacidad específica en el área del tronco común no debe impedir que se estudie hasta el límite de sus aptitudes y talentos en las menciones y las materias optativas. La propuesta es para desarrollar talentos, no para bloquear potencialidades.

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