Entre 2016 y 2021, Perú vio pasar a cuatro presidentes en cinco años dejando como consecuencia una profunda crisis política e institucional. Esto, sumado a un fraccionamiento político, dieron como resultado 18 candidaturas a la presidencia en la primera vuelta, llevada a cabo el 11 de abril de 2021. Debido al reducido porcentaje de los votos que lograron las candidaturas, Pedro Castillo y Keiko Fujimori pasaron a segunda vuelta con 18.92% y 13.41% de los votos. Luego de una segunda vuelta muy compleja, por fake news, ataques y denuncias de un supuesto fraude, se proclamaron los resultados que dieron la victoria a Castillo.
El presidente electo para el periodo 2021-2026 obtuvo su triunfo principalmente por tres factores: hartazgo de la ciudadanía con la política, un discurso que consideró las zonas rurales empobrecidas del país y por ser la opción contraria al Fujimorismo. Desde el inicio de su gobierno tomó decisiones equivocadas, no solo en la designación de Guido Bellido como premier, sino porque permitió que personajes como Vladimir Cerrón influyan en su gobierno y decisiones. Tras la salida de Bellido, la política Mirtha Vásquez presidió el consejo de ministros, quien tuvo un corto periodo por diferencias con el gobierno. En su reemplazo fue posesionado Héctor Valer, un personaje controversial por la denuncia de violencia intrafamiliar en su contra. Este último duró días en el cargo, presentó su renuncia y fue reemplazado por Aníbal Torres quien fungía como Ministro de Justicia y Derechos Humanos.
La inadecuada conformación de un equipo de ministras y ministros con probidad ha profundizado la crisis institucional peruana. A esto se suman críticas por supuestos actos de corrupción de funcionarios, inadecuado liderazgo y nula comunicación. Todos estos elementos han confluido para que en el imaginario colectivo se coloque en la mesa de discusión la posibilidad de una renuncia o vacancia por incapacidad moral, figuras contempladas en el artículo 133 de la Constitución.
Castillo ha tratado de justificar sus reiteradas equivocaciones argumentando que “está aprendiendo”. Empero, en política, las decisiones tienen consecuencias y en la Presidencia no se puede experimentar, puesto que esto tiene afectaciones nacionales e internacionales. Actualmente, Perú enfrenta una nueva crisis política e institucional que impide contar con un liderazgo eficiente que priorice las necesidades reales del país en materia económica y social.