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El Telégrafo
Karen Garzón-Sherdek

Nueva crisis en Perú

08 de abril de 2022

Perú, al igual que varios países de América Latina, ha experimentado una fuerte inflación que bordea una media nacional del 7,45% (Instituto de Estadística e Informática del Perú) provocada por el shock económico de la Covid-19 y el conflicto en Ucrania. El incremento de los precios del combustible que afectan a los diferentes productos de consumo ha provocado que varios sectores salgan a la calle. Sin embargo, ocurrió algo que nadie se imaginó. En lugar de abogar por un diálogo y acciones políticas y económicas eficaces, el presidente Pedro Castillo sorprendió con un controversial toque de queda en Lima y Callao que fue anunciado en altas horas de la noche. Lo que ocurrió al día siguiente fue el caos, provocando que la ciudadanía no tenga cómo movilizarse.

El decreto duró poco. Al ser una decisión controversial que generó el rechazo de la población, el presidente se retractó en decisión. Cabe recordar que el derecho a la protesta pacífica está amparado no solo en las normas internacionales de Derechos Humanos, sino también en la Constitución. Estas medidas improvisadas provocaron una serie de manifestaciones enfocadas en dos ejes: 1) reclamos ante el incremento en el costo de la vida, y 2) rechazo al gobierno.

La crisis política en Perú no es nueva. En el periodo presidencial anterior el país andino tuvo cuatro presidentes (Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra, Manuel Merino y Francisco Sagasti) que por diferentes motivos dejaron la presidencia o fueron cesados. Esto ha generado no solo inestabilidad política, sino también institucional. Con la victoria de Pedro Castillo las cosas no mejoraron. Desde el inicio de su mandato tuvo fuertes cuestionamientos por la conformación de su gabinete el cual se ha renovado por tres ocasiones en menos de un año. Asimismo, el primer mandatario ha tratado de justificar sus inadecuadas decisiones alegando que está aprendiendo a gobernar. Algo inaceptable tomando en cuenta el importante cargo que ocupa, el cual no permite improvisación.

Hoy un alto porcentaje de peruanos y peruanas están en las calles expresando su descontento por el gobierno el cual cuenta con un 68% de desaprobación, incluso de las zonas rurales que originalmente lo apoyaron. Tras la segunda moción de vacancia fallida por parte del congreso y las múltiples presiones para que abandone el cargo y lo asuma su vicepresidenta, habrá que ver qué ocurre en las próximas semanas en Perú, donde la inestabilidad política e institucional se ha convertido en una constante.

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