La Universidad Andina Simón Bolívar, sede Ecuador, es una de las instituciones académicas de posgrado, con mayor prestigio en la región sudamericana. El impacto positivo de esta entidad de educación superior en la formación de varias generaciones de científicos sociales, sobre todo en temas andinos, es incuantificable. Su política de oportunidades a todos los segmentos, está a la vista: centenas de estudiantes han accedido a la mejor formación con apoyo financiero que ha llegado a superar el 80% de los costos.
La UASB abre caminos a la formación, la ciencia, la integración, la conciencia social, la interculturalidad y la justicia eco social. Sus áreas académicas desarrollan programas de investigación científica de alto impacto y de posgrado en Historia, Salud, Letras y Cultura, Educación, Comunicación, Derecho, Ambiente, Gestión y Globalización.
Durante la pandemia, la UASB fue una de las entidades que más rápidamente respondió a las necesidades de adaptación de la sociedad. Casi inmediatamente se desplegó una nutrida oferta de capacitación dirigida sobre todo a los docentes, a través de la política de educación continua, mostrando una universidad lista para responder a la coyuntura, sin deformar el horizonte mayor: la formación humanística y la ciencia.
Pero no solo eso. En la Universidad Andina, se piensa y a la vez se actúa: Se llevan adelante observatorios sobre ciberderecho, salud colectiva e indicadores socio ambientales. Igualmente, programas de asistencia a organizaciones sociales, capacitación a lideres campesinos y aplicación de una reforma curricular en varios colegios.
Todo estamos consciente que el Ecuador vive una coyuntura grave. También sabemos que la solución a mediano y largo plazo, radica en la educación humanista de calidad, no mercantilizada. No se entiende, entonces, por qué justo ahora se busca debilitar a la Universidad Andina, recortando nuevamente un porcentaje importante de sus recursos financieros.
Como ex estudiante de la UASB, doy fe de la política educativa de calidad con horizonte social. Por ello me sumo a la protesta que busca sensibilizar al régimen, para que no se recorten sus fondos, lo cual afectaría a la investigación científica y a miles de jóvenes que requieren formación de posgrado de alta calidad, financieramente accesible.
¡Loor a nuestra Universidad Andina, en sus 30 años¡