El 30-07-2017 en Venezuela se librará una batalla política, pero también simbólica. Una batalla entre la lealtad y la traición. Porque mientras la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) refrenda la alianza bolivariana con el pueblo, la respuesta de la ultra derecha refrenda su alianza con el imperialismo y con todos los traidores/as latinoamericanos/as, enemigos de sus propios pueblos.
En la propia respuesta cínica de la ultra derecha se evidenció esta batalla cuando se opuso a la convocatoria a la ANC hecha por Nicolás Maduro el 1-05-2017, aduciendo que se perdería el “legado de Chávez”. Al manipular su memoria, intentaba sugerir que con dicha convocatoria Maduro traicionaba al Comandante. Nada más lejano a la verdad. Porque si algo puede reconocerse en Maduro es su fidelidad absoluta al juramento de lealtad hecho sobre la tumba de Chávez en marzo de 2013.
Más aún, la ANC de 2017 configura un nudo de lealtades. Por un lado, recrea al Chávez de 1999 y su lealtad con ese pueblo azotado por el neoliberalismo al que le dio una salida convocando a la ANC ese año. Pero, también es una muestra de la lealtad de Maduro con Chávez al aplicar su máxima de que “el poder constituyente no puede …ser congelado por el poder constituido”, decidiendo entregar todo el poder al pueblo en la ANC. Y, expresa, además, la lealtad del pueblo con Maduro a través de su adhesión masiva a la convocatoria.
Al respecto, un periodista decía refiriéndose al simulacro electoral del 16 de julio de 2017: “Yo vi a Chávez vivo y vi a Bolívar vivo el 16”. Lo que no era sino otra forma de expresar la vigencia de la Revolución como ilusión movilizadora del pueblo bolivariano en el momento actual.
Frente a este nudo de lealtades, la oposición derechista exhibe un nudo de traiciones. Porque, ¿no es acaso traicionar al pueblo renunciar al cauce democrático y optar por el terrorismo más brutal como medio de lucha? ¿No constituye una traición venderse al imperialismo por un plato de lentejas y conspirar con él? ¿No es acaso traición a la Patria clamar por la intervención extranjera? ¿Y no es acaso traicionar a la región apoyar a la ultraderecha venezolana en esas acciones?
Pero tras de todo traidor hay un cobarde. En este caso, cobardes para enfrentar al pueblo en las urnas. Temen la movilización masiva el 30 de julio y la consolidación de la Revolución con la ANC. Justamente a ello se refiere el discurso amenazante de Trump sobre el “derrumbe” de Venezuela. Porque la ANC blindará derechos, constitucionalizará institucionalidades, perfeccionará el sistema post petrolero, erradicará la impunidad y protegerá el país del intervencionismo extranjero. Lo que alejará aún más el acceso al poder político de los traidores, y, por ende, las riquezas naturales de las garras del imperio, manteniendo a Venezuela como lo ideó estratégicamente el Comandante Chávez: como el “pecho de Sudamérica”.