En esta época de discusión y análisis de transgénicos, recorre el mundo la noticia sobre el otorgamiento del Nobel de Medicina al británico John B. Gurdon y al japonés Shinya Yamanaka por sus trabajos en reprogramación celular e inducción de células madre.
Este premio resume de alguna manera las pretensiones y logros de la moderna Genética. El estudio galardonado se origina en 1962, cuando a través de transferencia de núcleos celulares de ranas y estímulos físicos se lograron ranas adultas clonadas; luego se postuló que las células adultas de los organismos, es decir diferenciadas en cada tejido (músculo, piel, neuronas, etc.), debían tener genes de inhibición, dentro del conglomerado de genes, que hacen que las células diferenciadas adultas se mantengan como tales. Se concluye que si se localizan estos genes y se les desinhibe, las células podrían reprogramarse y convertirse en células madre.
Las investigaciones partieron del concepto de que todas las células tienen en su ADN el set completo de genes, pero unos “dormidos y otros activos”.
Los humanos tenemos 23 mil genes en cada célula, en cambio el ratón 20 mil.
Hay varios tipos de células madre y los experimentos de Gurdon y Yamanaka mostraron que a través de la manipulación de los genes se pueden convertir células adultas en células madre pluripotentes, es decir con la capacidad de transformarse en células de cualquier tipo de tejido.
Lo interesante de este logro es que produciendo inactivaciones de genes y conjunto de genes de las células adultas, se fue entendiendo el papel inhibitorio de un puñado de genes responsables de la represión total del resto. De 24 genes iniciales, hoy se han identificado los precisos, reducidos a cuatro, que son los indispensables en el fenómeno de reprogramación celular (iPS cells o induced Pluripoten Steam cells).
La técnica de reprogramación celular se basa en la tecnología de transgénesis, es decir introducir en una célula los genes identificados como transformadores y una vez activos estos genes, la célula adulta se torna célula madre. Se utiliza como vehículo de los genes, virus y complejos genéticos llamados plásmidos.
Las células pluripotentes obtenidas podrán ser utilizadas para desarrollar tejidos y órganos a discreción, y lograrán aplicarse en sujetos que los necesiten, como por ejemplo en trasplantes de piel, músculos, hígado, pulmón, reemplazo celular en Parkinson o Alzheimer, paraplejias y más. Esta tecnología tiene y tendrá muchos usos para beneficio humano, por eso tiene sentido que se haya premiado a sus desarrolladores.