El mundo no se desenvuelve pos coronavirus (SARS-COV-2), si es que se puede decir: se desenvuelve; sino “en medio de”, y con la enfermedad covid-19. Ecuador no escapa a esta realidad.
Comienzo señalando que la covid-19 no se ha ido. Señores, la enfermedad hay que tomarla con seriedad, y no subestimarla. No excluye razas, “clases sociales”, sexos, ni grupos etarios (por ejemplo, el síndrome inflamatorio en menores de edad).
A la fecha, estoy muy preocupado. ¡Ya no depende del aparato público! ¡Está en nuestras manos! Aunque decepciona el comportamiento de autocomplacencia de varios pares nuestros, y que pone en riesgo a los demás: -asistencia a eventos donde más de 30 personas están “de boca a boca”; -ejercicio de la comunicación, “en campo” o “en oficina”, sin mascarillas; -supermercados donde flechas “de ida o vuelta” están “solo para pisarlas”. Algunos dirán: “para eso está la prueba rápida”. Dos preliminares certezas: -Dr. Elmer Huerta: “test tienen falsos negativos (rápidos, 50%; y PCR, 20% al 30%)”; -esa conducta nos llevará a rebrotes, tristemente.
Dos certezas adicionales, a partir de los resultados de recientes estudios científicos: a) diario El País resaltó maneras de evitar contagios en las actividades cotidianas, en oficinas, en restaurantes y en buses urbanos; en dichos casos, hay puntos básicos en común: -prevalece ventilación natural (aire acondicionado es facilitador de contagio por recirculación); -erradicar aglomeraciones; -uso de mascarillas; no usar materiales ajenos; 0 música de fondo (así comensales no gritarán para ser escuchados); y, b) Atención a las “3 ‘C’”, como prohibición: “no lugares cerrados con poca ventilación; no a las aglomeraciones en lugares de alta concurrencia, y minimizar contactos entre personas, por ejemplo: los gimnasios. Una idea: olvidemos el aire acondicionado. Usemos extractores y lugares al aire libre. (O)