Conocí a Dallyana Passailaigue en febrero del año 2010, hace ya 13 años, cuando participamos en el casting del programa Así Somos. En ese momento Ecuavisa reunió a un variopinto grupo de mujeres para crear un programa de televisión que consistía en cinco diferentes miradas femeninas alrededor de una mesa de debate en vivo sobre temas que entonces eran incómodos.
En mayo de 2010 salió al aire la primera temporada de Así Somos y fue una bomba. Era la primera vez que en señal abierta se hablaba de homosexualidad o aborto desde un enfoque de derechos humanos. Fue difícil, pero aprendimos desde la diversidad de cada una de nosotras. Juntarnos a mujeres disímiles para intercambiar ideas forjó entre casi todas nosotras una hermandad para siempre.
Por Dallyana conocimos a Ita, la mamá de su padre, esa abuela incombustible que fue su primera maestra, la que le enseñó a leer y a escribir antes de entrar a la escuela. La que le enseñó a patinar, la que le acolitó a subirse al palo encebado. Ita era un símbolo de valiente transgresión contra tantos estereotipos de feminidad.
Amábamos todo de Ita, su lucidez y su locura. Las sesiones de pizza terapia con sus amigas, “las chicas del ayer”. Su historia de lucha y su ejemplo de vida. Su valentía, la sabiduría de sus palabras, su fuerza.
Pero hubo un momento en que yo la amé más y con todas mis fuerzas a Ita. Cuando el 6 de agosto de 2019 durante el debate sobre la despenalización del aborto por violación Dallyana Passailaigue tomó la palabra en el pleno de la Asamblea Nacional y la mencionó como la persona que le enseñó a luchar por los derechos de las mujeres. Dallyana dijo en ese momento que días antes del fallecimiento de su abuela ella la visitó y le comentó sobre las reformas al Código Orgánico Integral Penal en materia de género porque quería saber cuál era su opinión sobre la despenalización del aborto en casos de violación. Entonces Ita le dijo, “no permitas que el Estado se nos meta en la barriga a las mujeres, no permitas que las niñas violadas sigan siendoforzadas a parir”. En esa ocasión no conseguimos los votos para despenalizar el aborto en caso de violación, pero no nos detuvimos por eso. Seguimos luchando por el derecho a decidir y el 28 de abril de 2021 la Corte Constitucional falló a favor de las mujeres con una sentencia que despenalizó el aborto en casos de violación. Era apenas un mínimo necesario para vivir en un país más justo.
A inicios del año 2021, en plena pandemia, Dallyana Passailaigue publicó su libro Mujeres de hierro. Una obraque tiene algo de la biografía, de memorias y de reflexión feminista sobre lo que implica ser mujer en una sociedad transversalmente machista como la nuestra. Es también una carta de amor a su abuela Ita.
El viernes 20 de enero será el lanzamiento presencial de la nueva edición de este libro. Mujeres de hierro es una indispensable lectura sobre la vida de Ita y de Dallyana, que vivieron en distintas épocas, pero que estuvieron unidas por ese hilo invisible que nos junta a las mujeres que luchamos por los derechos.