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El Telégrafo
Ximena Ortiz Crespo

Mujeres dando cátedra

08 de abril de 2023

La guía que puede dar una mujer profesional a una mujer joven tiene un impacto significativo en su desarrollo personal y profesional. Por ello, en la academia las profesoras mujeres tienen un rol muy valioso porque pueden brindar orientación, mentoría e inspiración en sus respectivos campos a las jóvenes dentro de sus carreras. Pienso que todas tenemos el recuerdo de una profesora que nos exigió y que al mismo tiempo resaltó nuestras capacidades. La mía en el colegio fue la Madre Lelia y en la universidad la Dra. Judith Goode.

El estudio "La influencia de las profesoras en la carrera académica de las estudiantes mujeres" de la Universidad de Yale, –publicado en la revista Social Science Research en el año 2014– tuvo una muestra de 16.000 estudiantes mujeres y concluye que: "Las mujeres estudiantes que tienen una profesora mujer en un curso universitario tienen mayores probabilidades de inscribirse en cursos adicionales en ese campo y de obtener mejores calificaciones en el futuro. También son más propensas a tener éxito en la carrera académica después de graduarse, incluyendo la obtención de títulos avanzados y la publicación de trabajos académicos". 

El estudio de Nielsen, Zielinska y Nielsen de 2021 publicado en la revista Higher Education tiene similares conclusiones que el de Yale: "Las mujeres estudiantes que tienen profesoras mujeres en campos STEM tienen más probabilidades de continuar su educación en estos campos y de tener éxito en su carrera profesional. Además, las mujeres profesoras pueden actuar como modelos a seguir y proporcionar un ambiente de apoyo que ayuda a las estudiantes a superar los obstáculos que enfrentan en campos dominados por hombres".

Los modelos positivos pueden tener un impacto poderoso en la autoestima y las aspiraciones profesionales de las jóvenes. Cuando las jóvenes constatan el éxito de las mujeres profesionales que tienen a su alrededor, aumentan su autoeficacia y creen en su propia capacidad para lograr sus objetivos. Además de servir como modelos, las profesionales pueden brindar consejos prácticos y orientación a las jóvenes antes de que empiecen sus carreras. El compartir sus propias experiencias y las lecciones que han aprendido sobre las habilidades y el conocimiento necesarios en sus campos, la información que brindan, son de enorme beneficio a las jóvenes antes de emprender sus carreras.

En una universidad como la ecuatoriana, en donde una buena parte de las madres de las estudiantes no ha asistido a la universidad resulta crítico el rol de las docentes. Las jóvenes requieren tener referencias de lo que significa volverse profesionales. Su importancia lo explica la Dra. Carol Tang en un artículo de Psychology Today, “las profesoras mujeres proporcionan a las jóvenes estrategias para enfrentar la realidad profesional, tales como formas de establecer límites, utilizar sus propios talentos y evitar el encasillamiento femenino. Temas que especialmente relevantes en los campos dominados por los hombres.”

Las profesoras mujeres también pueden ayudar a crear en sus aulas un entorno de apoyo, inclusión y empoderamiento en el que las jóvenes puedan prosperar. Hay evidencias que sugieren que un entorno como el descrito brinda beneficios y oportunidades únicos para las mujeres. Ese es el resultado de las investigaciones hechas por el Centro Nacional de Mujeres y Derecho de los Estados Unidos de 2016 que demuestra que las mujeres que asisten a universidades para mujeres tienden a tener niveles más altos de autoestima, mayor confianza académica y un sentido de comunidad más fuerte en comparación con las mujeres que asisten a instituciones mixtas.

Las profesoras mujeres suelen crear espacios para que las estudiantes mujeres exploren sus identidades y experiencias como mujeres y son más propensas que los mentores masculinos a brindar apoyo emocional y ayudar a sus aprendices a superar los desafíos específicos de género. También ayudan a romper los estereotipos y promueven la igualdad, al mismo tiempo brindan apoyo para que las estudiantes tomen más riesgos o inclusive asuman roles de liderazgo, tales como participar en lides y campañas para puestos de dirigencia en los gobiernos estudiantiles y asociaciones, o sean elegidas como asistentes de cátedra. Esas experiencias permite a las jóvenes a aspirar a roles de liderazgo en sus futuras carreras. 

Dentro y fuera de la universidad, las investigaciones demuestran que las mujeres que tienen mentoras femeninas tienen más probabilidades de sentirse apoyadas y de tener niveles más altos de satisfacción laboral. Lo ratifica el estudio de Riemer y Toon de 2020 publicado en la revista Psychology of Women Quarterly, que encontró que las atletas que tenían entrenadoras mujeres reportaban niveles más altos de competencia y motivación en comparación con aquellas que tenían entrenadores masculinos. Las entrenadoras eran más propensas que los mentores masculinos a brindar apoyo emocional y ayudar a sus aprendices a superar desafíos específicos de género. Lo mismo sucedía con el apoyo a celebrar sus éxitos lo que las ayudaba a desarrollar un sentido de orgullo y propósito. El estudio consideró particularmente beneficioso el apoyo de las coach en el caso de atletas que enfrentaban la discriminación o el escepticismo de parte de otras personas.

No se puede subestimar la importancia de que las mujeres profesionales capaciten y orienten a las mujeres jóvenes. Las mujeres jóvenes necesitan modelos a seguir, necesitan una aliada que las ayude a recorrer con anticipación su carrera profesional y una maestra que las ayude a alcanzar todo su potencial. Como hemos visto, las docentes y profesionales mujeres pueden tener un impacto profundo en el desarrollo personal y profesional de las jóvenes: al ser modelos a seguir, brindar orientación y mentoría, abordar desafíos, crear un entorno de apoyo e inclusión y promover la igualdad de género, las mentoras pueden ayudar a las jóvenes a alcanzar su máximo potencial y tener un impacto significativo en su vida profesional.

Por todas las razones que hemos visto, se debería contratar a más mujeres como profesoras en las universidades en beneficio de las estudiantes mujeres que se sienten más cómodas buscando y confiando en las profesoras mujeres sobre temas relacionados con el género y la discriminación, incluyendo el acoso sexual y los prejuicios. Las profesoras estan mejor preparadas para comprender y abordar estos problemas, ya que probablemente los hayan experimentado de primera mano y tengan una comprensión más profunda de los desafíos que enfrentan las mujeres en la academia.

Las profesoras mujeres tienden a incorporar perspectivas y experiencias diversas en su enseñanza e investigación, lo que puede beneficiar a todos los estudiantes, independientemente de su género. Deben ser contratadas en función de sus calificaciones y experiencia. Aumentar la representación de las mujeres en la academia, especialmente en aquellas áreas de conocimiento que son imperio de los varones, requiere abordar las barreras y prejuicios sistémicos que impiden que las mujeres ingresen y avancen en las carreras académicas.

Al terminar este artículo me pongo a pensar en mis estudiantes, mis pasantes y otras mujeres jóvenes a las que la vida profesional me ha permitido conocer y asesorar. Y me enorgullezco de haber podido poner un granito de arena en la vida que construyen. En todas mis sobrinas que me hacen sentir tan orgullosa de sus logros; en mis estudiante de antes y en las de ahora; en mis pasantes, que en estos días están obteniendo su masterados en universidades extranjeras, incluyendo la que está en Rusia viviendo su sueño a pesar de la guerra, en las que han ingresado a los organismos internacionales, en las que consiguieron trabajo por primera vez. Deseo para ellas, con enorme cariño, el que vayan cada día alcanzando su máximo potencial profesional y humano.

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