Pasan las horas, unas tras otra. El tiempo transcurre: indetenible, incierto. Nadie escapa del tiempo y nadie se salva. ¿Se salvará Fernando Villavicencio del olvido y de la impunidad? Permítanme unir los dos temas: el tiempo y los saqueadores de la memoria de este hombre muerto.
Hemos visto con espanto la discordia de la familia de Fernando en razón de las investigaciones policiales. Pero también están los intereses políticos.
Los de Gente Buena y Construye se arrancan el recuerdo de Fernando Villavicencio para constituirlo en su imagen y devoción. En el centro de Construye está la Sra. Romo, la llamada repartidora de hospitales, de triste recordación a su paso por el Ministerio de Gobierno.
Si pudiera lo eleva a los altares a Villavicencio con la finalidad de conseguir réditos electorales continuos para su novel ensayo político llamado "Construye". En realidad no se sabe qué son electoralmente Construye porque recibieron el voto póstumo por Fernando. Los mismos que quieren ventajas políticas con la memoria de Villavicencio ¿serán acaso los que impulsen que no haya perdón ni olvido a los culpables de este magnicidio? Alrededor de la muerte de Fernando Villavicencio hay intereses políticos y oportunismos. Falsos valores que están por sus propios intereses.