Publicidad

Ecuador, 04 de Octubre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Guido Calderón

Monetarismo vs. ideologización

19 de julio de 2015

Somos testigos del colapso de los extremos de dos sistemas opuestos: un capitalismo suicida y el socialismo ideologizado.

Grecia es el último ejemplo de hasta dónde el capital financiero puede triturar a una sociedad en nombre del dinero, sin importar que pertenezca al Primer Mundo, rompiendo el mito que estos molinos de carne humana solo se aplican en nuestros entornos.

La canciller alemana Ángela Merkel es la gran sacerdotisa que no perdona un centavo a los griegos, cuyos vecinos y acreedores les exigen que paguen los euros malgastados trasladando sus puertos, aeropuertos y más infraestructuras rentables a sus acreedores a través de privatizaciones, a lo que se agregan recortes de los beneficios sociales, de las pensiones, aumento de impuestos, lo que condujo a la caída libre del consumo y paralización la actividad económica hasta forzar un ‘corralito’ o congelamiento de los depósitos bancarios retirable solo en cantidades mínimas diarias.

A cambio de sacrificar a su población hasta la desesperación y tener una de las tasas más elevadas de suicidios de la eurozona, Grecia va a recibir una gran cantidad de dinero con el fin principal de salvar a la banca y habilitar al sistema financiero para que Grecia pague las deudas, es decir, que el dinero tan alegre prestado y derrochado, regrese a los prestamistas. Una sociedad monetizada al extremo donde el ser humano ha perdido cualquier validez.

Al otro extremo, Venezuela no ve un mundo donde los mercados son parte esencial del crecimiento o fracaso de los países,  donde los gobiernos crecen por sus fortalezas económicas o caen por sus debilidades ideológicas, no puede eludir que existe un sistema financiero internacional por mucho que lo condene, imprimir billetes sin respaldo conduce a la hiperinflación que pulveriza la capacidad adquisitiva y todo aumento salarial, que quebrar al sistema productivo privado deja desabastecido a un país hasta alcanzar la segunda tasa delincuencial más alta del planeta, que inventar enemigos no da de comer a la gente y acusar a los opositores de desestabilizadores conduce a una polarización donde la violencia es el árbitro social.

No existe el modelo económico perfecto, pero en el Primer Mundo o en los países en desarrollo, gobernar dentro de un entorno exclusivamente financiero o netamente ideológico no es la fórmula al éxito, no conduce a una convivencia social racional, no moldea una sociedad productiva, todo lo contrario, el monetarismo suicida y la ideologización galopante garantizan el caos.

El desarrollo económico y el progreso social van de la mano, el primero solo se da si somos parte importante del mercado mundial y ello no se alcanza como proveedor de materias primas, sino como grandes productores y exportadores de mercancías procesadas, lo que exige empresas grandes en tamaño, en alianzas, en inversiones, en tecnología;  que inyecten dólares a la economía y produzcan el bienestar social de toda la población.

Esta gran productividad solo viene con leyes estables, con una sociedad que dialoga con todos sus actores, con incentivos en vez de castigos, con exoneraciones en vez de impuestos, con acuerdos en vez de acusaciones. (O)

Contenido externo patrocinado