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El Telégrafo

Moneda de platino

10 de enero de 2013

Hay economistas que están presionando con insistencia al presidente Obama para que cree un recurso especial que evite otra crisis de deuda: “la acuñación de una moneda de platino por un billón de dólares”, que permita al Gobierno conseguir un aumento del techo de endeudamiento, sin pasar por el Congreso. Se trata de una triquiñuela que apela a un vacío legal que permite al Tesoro acuñar monedas de platino, que cada vez más expertos en Estados Unidos consideran viable.

Muchos políticos han dado credibilidad a este curioso artificio para evitar la amenaza de la suspensión de pagos, como Jerrold Nadler, congresista demócrata, para quien la idea es absolutamente legal. “Cuando te chantajean con destruir la economía nacional, tienes que considerar alternativas”, sostuvo el legislador, en referencia a la amenaza de la oposición republicana de no autorizar el aumento del techo de endeudamiento si el Gobierno no introduce recortes drásticos en los gastos federales. La moneda de platino permitiría resolver el problema de la financiación del déficit presupuestario sin aumentar la deuda.

En febrero, Estados Unidos alcanzará de nuevo su cota máxima de endeudamiento y la Cámara de Representantes con el Senado tendrán que decidir si vale la pena elevar dicho techo una vez más o inventar otra solución. Existen límites sobre cuánto papel moneda puede circular en EE.UU. y las normas que rigen la acuñación en oro, plata y cobre, pero el Departamento del Tesoro tiene amplias facultades discrecionales en las monedas hechas de platino.

Aunque el Tesoro no puede crear dinero de la nada para pagar sus cuentas, hay un tecnicismo en la ley, que reza: “El Tesoro tiene facultades discrecionales especiales para crear monedas de platino de cualquier denominación”, y la idea es que el secretario del Tesoro, Tim Geithner, podría crear la moneda y entregarla a la Reserva Federal, depositándola en la cuenta bancaria del Tesoro.

Más de 1.000 personas en la página web de la Casa Blanca ya han solicitado al gobierno de Obama que ordene la acuñación de la moneda. Se propone que el Tesoro acuñe una moneda de un billón de dólares, la deposite en la Reserva Federal y respalde con ella la capacidad de endeudarse por esa cantidad, suficiente para elevar virtualmente, de un golpe, el techo de la deuda nacional que ha superado la barrera de los 16,1 billones de dólares.

El Tesoro no tiene la capacidad de imprimir dinero, algo que es potestad de la Reserva Federal, pero el recurso legal de la moneda de platino, por caprichoso que parezca, podría evitar que se repitan los enconados debates en el Legislativo del verano de 2011, que condujeron a la pérdida de la calificación triple A de la deuda estadounidense por primera vez en la historia.

Hasta el premio Nobel de Economía, Paul Krugman, ha tratado esta “peculiar excepción” como una posibilidad real, con el argumento de que “vivimos en un tiempo económico extraño, en el que las reglas normales ya no cuentan”.

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