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El Telégrafo
Cristian Bravo Gallardo

Buen viaje Miguel

18 de abril de 2020

De orígenes latacungueños aunque nunca viviste ahí, tu padre quiso ser músico pero no le dejaron así que se fue por las leyes. Viste morir a dos de tus hermanos. A los dos años, una caída te mantuvo al filo de la muerte.

Tu padre fue un hombre brillante, de carácter fuerte y apasionado de la música. Tu madre, una luchadora incansable, personaje comprensivo de mente abierta y que socapaba las travesuras de la familia. Tuviste una infancia feliz hasta que entraste a la escuela. El Pensionado Borja 2 no fue un espacio agradable para ti. No fuiste un buen alumno pero te reconocieron tus dotes de torero.

El padre Mendoza, profesor de acuarela del colegio San Gabriel, te introdujo a la pintura. Entraste a la Facultad de Artes, hasta que Velasco Ibarra clausuró la Universidad sacando a todos los profesores, por lo que tuviste que formarte solo en el mundo de las artes.

Después de la acuarela pasaste al óleo, luego a dibujar en blanco y negro y más adelante, te incorporaste al color. Nunca te movió el dinero pues creías que la fortuna rara vez te sonreía. A pesar de las becas y las oportunidades de salir del país, nunca te gustó viajar, pues odiabas los aeropuertos, los aviones y las azafatas.

Siempre hubo una intencionalidad política en tu trabajo, aunque no hallabas diferencia entre dictadura y democracia. “La misma huevada son” decías. La revolución cubana te parecía un chiste cruel, por la precariedad en la que vivía la gente, mientras sus líderes se daban vida de reyes. Personaje que llevó una vida intensa, generador de cuadros en pequeño y gran formato, de caligrafía única en donde plasmó su irreverencia, su ironía, sus amores, sus dudas, sus quebrantos y sus sueños. Son varios los textos que permitirán recordarte Miguel.

El acolite, el rebelde, el disidente e iconoclasta del arte ecuatoriano, el bacán. Inventor de un alfabeto y estilo personal. El cómico de la lengua, el monarca supremo del disimulo. Así lo recordarán sus familiares, amigos y seguidores. Partió Miguel Varea, una partida dolorosa pero que deja un gran legado. Un sentido y fraternal abrazo a toda su familia. Buen viaje, querido Miguel. (O)

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