América Latina está enfrentando una escalada de violencia sin precedentes por la expansión de corporaciones irregulares, que usan la violencia y las armas con el fin de lucrar. De acuerdo a la teoría de Marx la contradicción capital - trabajo llevaría a su fin al sistema capitalista, sin embargo, esa contradicción parece diluirse debido a que una masa deshumanizada, sirve a la lógica del capital especulativo y ha terminado aliándose a la propia “burguesía”, a la que como espejo, esperan igualar acumulando dinero y símbolos de estatus.
Parece como si de pronto el humanismo y la humanidad hubiera desaparecido y el mundo estuviera poblado de hordas menos inteligentes que el homo sapiens. La manada lumpesca hace lo que sea, incluso matar, por conseguir el dinero y los condimentos para la enajenación, fueren símbolos de riqueza o fueren estupefacientes. En el escenario aparecen derribadas las formas políticas de relación social, sustituidas por relaciones de fuerza física, con el único fin de exterminar a todo aquel que se atraviese en el camino de la competencia.
Se revela un cuadro dantesco: millones de enajenados se mueven sin sentido de manera violenta, y esa violencia es coronada por la facilidad de obtener armas de precisión. En la zona andina, se siente el tufo de una guerra que se generaliza y no obedece ni a normas ni a geografías. ¿Por dónde empezar para detener esta cultura del exterminio? La respuesta parece estar en la posibilidad de detener la producción indiscriminada de armas de las empresas estadounidenses y la de otros países, que venden estos dispositivos ilegalmente e inmoralmente, sobre todo en el mercado latinoamericano, destruyendo la sociedad de una manera veloz.
Impedir que los fabricantes de armas no vendan irregularmente fuera de su territorio, podría ser parte de la solución al problema. México, está abriendo camino y ha anunciado que pondrá una demanda que incluye una reparación millonaria, para conmover el alma económica, que es la única que les importa. Si en realidad existe justicia en Estados Unidos, México ganaría la demanda y con ello habrá un antecedente jurídico que permitirá a todos los países donde circulen armas ilegales de fabricación extranjera, exigir que reparen el daño deteniendo la exportación de artefactos para la muerte. Las empresas de armas comen cadáveres. ¿México, le pondrá el cascabel al gato?