Argentina acaba de ganar el campeonato mundial de fútbol. Un triunfo indiscutible en una gran final de infarto. La justicia es algo grande y el fútbol le hizo justicia a Messi por liderar al equipo argentino en la obtención del título mundial.
El triunfo y la victoria le pertenecen al trabajo conjunto y a las individualidades trabajando como una sola fuerza. Es maravilloso referirnos al liderazgo de Lionel Messi: el capitan de la selección argentina y jugador más destacado del mundial.
Messi es de otro planeta: lidera, organiza, entusiasma, motiva, es la referencia de todos los jugadores de la selección argentina para satisfacer su anhelo de ser campeones.
Messi es un líder. Más allá de su extraordinaria trayectoria como deportista es de destacar su don de liderazgo. Si cae: se levanta. Si está levantado, se levanta más. Es la guía y la luz de todos sus compañeros y es una fuente inagotable de inspiración.
Además que en su vida personal es un ejemplo de padre de familia, gran hijo, gran amigo. No es alcohólico, es fuertemente disciplinado, no anda en drogas ni se discute su sexualidad.
Messi es el ejemplo de un liderazgo ejemplar. Hombre serio, dedicado a su causa deportiva y triunfador. Es de esa calidad de líderes que queremos en la actividad política, educativa, empresarial. Messi es hoy es un referente ético y deportivo.
Una fuente de inspiración. Maestro Messi usted enseña con ejemplo.