Resulta un sarcasmo para el desarrollo de los pueblos que la memoria social desaparezca y las ciencias sociales lo admitan, al caer en el olvido más infamante, por lo acontecido a lo largo de la historia y en todos los pueblos que viven los procesos de cambios políticos, manipulación provocada por la mano de elementos insensatos que nos conducen con esas pretensiones.
O están huérfanos de recuerdos o no les importa el destino de sus gentes, cuando los hechos del pasado son enterrados en el olvido y no tienen compasión de lo que pueda suceder a sus propios hijos y a las comunidades desprovistas de recursos para defenderse, y caer víctimas del abandono y desprotección, porque todos los bienes del Estado se destinan al enriquecimiento más descarado de las argollas politiqueras, que pululan junto a los gobernantes de turno.
Parecería mentira que aquí mismo, en nuestra frontera sur, se produjera el inconcebible olvido de casi la mitad de su población, que en el reciente proceso electoral haya sufragado a favor de la heredera de Fujimori y de sus compinches, como Montesinos, que saquearon los recursos públicos y, según aseguran las gentes más serias del vecino país, asesinaron a centenares de personas acusadas de terroristas y que nunca rindieron cuentas a la justicia.
El estrecho margen de los resultados del proceso electoral demuestra cuán olvidados están los ciudadanos que acuden a las urnas, sin la menor reflexión, o quieren desconocer de golpe el cúmulo de atrocidades y perversidades que se cometieron durante el mandato del padre de una supuesta angelical primera dama, pero que resultó una adherente y descarada cómplice de todos los crímenes que se le atribuyen a su progenitor y la conclusión es que no existe atenuante para esta escandalosa realidad que significa el olvido de todos los hechos, demostrándose que la amnesia es el denominador común en ese pueblo hermano.
En el otro lado del continente, en Venezuela, acontece algo similar: la amenaza de que puedan destruir todo lo logrado por ese inmortal líder, Hugo Chávez, alerta los designios de que en muchos pueblos puedan ocurrir similares circunstancias, y atrás de todo esto está la mano siniestra del imperio que se burla de los procesos en los que se involucran los pueblos, como acontece en Argentina con Macri, en Brasil con los desestabilizadores del régimen de Dilma y antes ya ocurrió con Allende y con las dictaduras del Cono Sur, con los militares del Plan Cóndor que arrasó con los sentimientos de un pueblo adolorido por las crueldades de los asesinos financiados con recursos imperiales.
Y tengamos abierta la mente y la visión de lo que nos puede acontecer también a nosotros si no apelamos a la inteligencia de nuestra juventud y del pueblo entero porque los manipuladores son capaces de destruir el pasado y todo lo que aspiramos para el porvenir.
Es el delito de olvidar lo actuado en todo el reciente pasado, cuando los aprovechadores de siempre se dieron a la tarea de fabricar un remedo de historia para una sociedad asfixiada por el discrimen, cuando los poderosos pretenden lavarnos el cerebro y aprovechar que nosotros también somos víctimas de ese mal, la poderosa maquinaria que destruye la memoria social. (O)