Publicidad

Ecuador, 22 de Noviembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Byron Villacís

Los medios públicos y la oposición de ideas

23 de abril de 2019

La decisión sobre Assange, el tratamiento secretista del acuerdo con el FMI y una cuestionable administración de la estadística pública, fulminaron mi ya decreciente apoyo hacia el Gobierno. Al expresar esta opinión en redes sociales me consultaron si, debido a estos desacuerdos, iba a dejar de escribir en el periódico público. Aunque esta pregunta inspira respuestas inmediatas, es necesario deshilvanar mi criterio.

Primero, lo obvio. Los espacios públicos de opinión no deberían ser progubernamentales, lo he venido diciendo desde el anterior Gobierno. Aunque nos hemos malacostumbrado a entenderlos como partidistas, esta práctica es antidemocrática y perjudicial. Voces unísonas de alabanza o descrédito desvalorizan lo público. Esto quizás le conviene a un mercado de opiniones financiadas, pero no a la sociedad en su conjunto.

Segundo. La digitalización de los medios de comunicación favorece la inmediatez noticiosa. Como lo he expresado aquí anteriormente, esto potencia la producción de opiniones superficiales, con tal de que provoquen tendencia. Es necesario entonces rescatar espacios de discusión, crítica y confrontación, pero de forma pausada, respetuosa y considerada. Me niego a aceptar que la opinión se degenere a memes, insultos retocados, descréditos o chabacanerías. Los ecuatorianos somos mejores y podemos demostrarlo.

Tercero. Hay que dignificar la cultura de la queja. Desafortunadamente, en Ecuador, criticar constructivamente está mal visto. Por tener una opinión contraria la gente se enoja o te asumen mal pana. Las instituciones, los políticos y la ciudadanía deben rescatar lo positivo de la contraposición de ideas, siempre que no caigan en incitación a la violencia, en insultos o bajezas.

Por lo tanto, mientras haya la oportunidad, prefiero seguir hablando. Quizás este espacio tenga opiniones equivocadas, quizás divague en abstracciones superfluas, quizás ni siquiera tenga audiencia. Pero intento reivindicar ideas que no son pagadas y que, con sencillez, levantan la cabeza. (O)

Contenido externo patrocinado