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El Telégrafo

Medicina pre-pagada y seguros médicos (I)

01 de mayo de 2011

Se afirma que los cuestionamientos al sistema de salud público encubren, en última instancia, intereses particulares y económicos; si éste se vuelve eficiente, existiría un detrimento en el lucro del sistema privado. Por tanto, es pertinente llamar la atención, no al derecho del libre ejercicio profesional o de organizar empresas de salud incluso con fines de lucro, sino a los planteamientos desde la perspectiva del humanismo solidario, la ley y la ética. Bajo esta perspectiva, el fin primordial de la asistencia en salud termina siendo diferente entre los dos sistemas. El público, por definición, tiene una finalidad de servicio y derecho a la salud. El privado, la ganancia lícita. Se aspiraría a que ambos cumplan la misma meta: protección de la salud.

Los seguros de atención médica privada se originaron en 1938, en Londres, cuando una empresa, ante la crisis y desatención de salud de personas de medianos y bajos ingresos, tuvo la iniciativa de cubrir los gastos de enfermedades agudas, a través de contratos con bajos costos por el servicio. A las enfermedades crónicas se las excluyó, pero con la opción de que pudieran ser manejadas en los hospitales públicos. Actualmente la atención de salud en Inglaterra, como en varios países (Canadá, Israel, Cuba, etc.), es parte del seguro médico universal que tienen los ciudadanos, como un derecho y una obligación del Estado. Los seguros médicos privados y la medicina pre-pagada fijan convenios bilaterales entre empresas y beneficiarios, lo cual supone que al aceptar condiciones contractuales, las partes están conformes.

Una contundente crítica a los seguros médicos privados y a la medicina pre-pagada se constata en las películas Bowling for Columbine (2002) y Fahrenheit 9/11 (2004), de Michael Moore, por la agresiva compaña por desprestigiar la atención médica estatal o de seguridad social, y se privilegia como idónea a la seguridad médica privada.

En Ecuador es una vieja práctica el ataque a la medicina pública y el desprestigio a sus prestaciones, al punto que cuesta recobrar la confianza en este sistema de salud. Según la región, entre 1,4 y 18% de la población tiene un seguro médico privado. El gasto de los seguros privados representa el 0,08 del PIB y el 0,1% del ingreso familiar. En América Latina, según la OPS, existen 240 empresas dedicadas al seguro médico privado, que congregan tan solo al 7,4% de la población. Se prestan 450 tipos de aseguramientos, 63% cerrados y 37% abiertos. En el Ecuador existirían 20 empresas de este tipo.

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