El decir una mentira ocultando parte de la verdad parecería la propuesta más común de campaña por el No a la pregunta 3 de la consulta popular. Algo que lo vienen haciendo quienes ven peligrar la estructura que construyeron, para hacer y deshacer con amplia impunidad y luego retirarse con mayor tranquilidad.
Ante la campaña de engaños con base en medias verdades, al ciudadano se le debería informar -como consta en los anexos de la consulta- que tras aprobar dar por terminado el período de los actuales miembros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPC), le brindará al país la oportunidad de tener un CPC seleccionado mediante sufragio universal en 2019. Darle a conocer que las enmiendas a la Constitución en lo referente al CPC buscan construir una verdadera participación ciudadana seleccionando mediante nuestro voto a quienes serán sus consejeros.
No estaría de más señalar que al votar Sí en la pregunta 3, automáticamente envía a casa a la esposa y al esposo de acérrimos asambleístas correístas y a otros exmilitantes y exfuncionarios de Rafael Correa, los cuales integran el cuestionado CPC. Recordar al elector que todos sirvieron al exmandatario en diferentes puestos en su extenso período y que, a entendimiento de muchos, llegaron a ser consejeros del CPC en 2015 con el único objetivo de seguir sirviéndole: eligiendo autoridades de control que lo protejan durante y después de su gobierno.
Al tener el país la oportunidad de cambiar el CPC y poder elegir mediante sufragio a quienes serían sus reemplazos definitivos, al evaluar el consejo transitorio la permanencia o no de jueces y otras autoridades de control, seleccionadas para complacencia del correísmo, sin lugar a dudas, la póliza de impunidad judicial de la que goza Correa se daría por expirada. Algo que para el expresidente resultaría demasiado riesgoso frente a los diferentes y graves delitos que, se revelan, se habrían configurado en su mandato. Situación que en sus medias verdades nunca las dice. (O)