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El Telégrafo

Más allá de la derecha y la izquierda

29 de mayo de 2012

Son muchos los trasnochados que de modo ligero y jactancioso aseguran que Alianza PAIS  carece de ideología política. Y los antipáticos, que luego de apartarse de la senda  trazada por el compañero presidente Rafael Correa, se volvieron reaccionarios, vociferan que lo hicieron porque él cambió  la ideología política de origen. 

Un exitoso banquero guayaquileño, que ha demostrado cuidado y esmero en el manejo de la cosa pública, ha resuelto iniciar su carrera política. Los  analizadores que no analizan nada, ya le pusieron la etiqueta de que podría unificar al sector de  ideología política de derecha.

Parecería que “ideología política” es un concepto que atrae fuertemente a quienes gustan de fatigarse en los áridos caminos de la moribunda ciencia política.

¿Pero qué es, o qué quiso ser, la ideología política?  Se puede responder que es el conjunto de ideas filosóficas, morales, económicas, sociales y culturales, coherentemente entrelazadas, que van dirigidas a captar el poder político. Napoleón fue el primero en dar un trato despectivo a los “ideólogos” al llamarlos “metafísicos y fanáticos”.

El declive de las ideologías quedó claramente señalado en septiembre de 1955 cuando en Milán se realizó el encuentro por el “Futuro de la Libertad”.

Giovanni Sartori (Florencia, Italia, 1924), autor de “Where is Political Science Going”, es el más famoso politólogo del mundo. Sostiene que la ciencia política perdió el rumbo y hoy camina con pies de barro, repleta de información inútil y huérfana de ideas para inmiscuirse en lo complejo de la realidad social. Y respecto de las ideologías, ha dicho que desde el orden gnoseológico ellas se oponen a la verdad.

La muletilla “izquierda” y “derecha” solamente se explica por un epidérmico afán manipulador. Carece de contenido real. Es un emotivismo político de quienes entienden la democracia solo como una forma de gobierno y jamás como una forma de interrelación social. 

El actual paradigma de la política global no es el de las ideologías sino el de las civilizaciones. Sociedades separadas por la ideología, pero unidas por la cultura se juntan como hicieron las dos Alemanias, y como están haciendo las dos Chinas. En cambio que las unidas por la ideología, pero divididas por la civilización se deshacen, como en Yugoeslavia y Bosnia. 

Más allá de la dicotomía derecha o izquierda que solo contribuye a falsear la realidad, la obra cierta y fecunda del gobierno que lidera Rafael Vicente Correa Delgado resplandece de manera clara, pujante y comprobada.

El pueblo soberano, en ejercicio del derecho a ejercer el voto libre y secreto, única estructura que respalda la toma de decisiones políticas, sabrá dárselo una vez más. No hay nadie que tenga su incondicional e incansable patriotismo, acompañado de su muy grande preparación intelectual.

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